(PD).- María Teresa Fernández de la Vega defendió en 1992, cuando era vocal del Consejo General del Poder Judicial, que la Constitución no prohíbe el derecho a la huelga de los jueces y se mostró a favor de una regulación legal para que pudieran ejercerlo. Ahora el ministro Bermejo dice que no tienen derecho. ¿Utilizará la vicepresidenta la táctica del avestruz?
El Ministro Bermejo se ha encarado a los jueces. «Resulta sorprendente y muy decepcionante que amenacen con una huelga si no se satisfacen sus reivindicaciones. Es incomprensible que los titulares de un poder del Estado dejen de cumplir con sus funciones constitucionales para presionar a los otros poderes del Estado«.
«Resulta especialmente difícil de comprender que se produzca una amenaza de huelga vinculada, entre otros motivos, a una revisión salarial en un momento de crisis económica, en la que el Gobierno considera prioritario hacer frente a las necesidades de los colectivos menos favorecidos. Pero, además, el ministerio recuerda que el salario medio de los jueces aumentará en 2009 en un 5%, debido al incremento de las pagas extraordinarias«, continuaba el comunicado, que concluía manifestando la disposición del Ejecutivo al diálogo para resolver el conflicto.
Tal y como recuerda María Peral en El Mundo, el 27 de noviembre de 1992 se celebró un debate público organizado por Jueces para la Democracia (JpD) en el que representantes de las tres organizaciones judiciales existentes entonces –Asociación Profesional de la Magistratura (APM) y Francisco de Vitoria, además de JpD- se mostraron partidarios de que se reconociera el derecho de los jueces a la huelga.
En el acto intervinieron dos vocales del Consejo General del Poder Judicial, Juan Alberto Belloch y María Teresa Fernández de la Vega, que mantuvieron que las Constitución no prohíbe el derecho a la huelga de los jueces, aunque indicaron que, además de funcionarios públicos, son titulares de un poder del Estado. Debido a esa doble condición, propugnaron que la regulación del derecho a la huelga de los jueces y su ejercicio debían ser muy cuidadosos, según la periodista del diario de Pedrojota Ramírez.
