El annus horribilis de Rajoy

(PD).- «Las elecciones generales del próximo domingo las va a ganar la niña de Rajoy, que mirará siempre al futuro y no al pasado«. Así de convencido hablaba el propio líder del PP horas antes de que los españoles fueran a las urnas el 9 de marzo. Pero falló. La foto del balcón de Génova aquella noche era la imagen de la desolación. El comienzo de la travesía del desierto para Rajoy. Las buitres le sobrevuelan a la espera de que caiga cadáver.

La imagen de Viri (Elvira Fernández Balboa), la esposa de Rajoy, temblorosa, abrazada a su marido, mirándole con toda la ternura del mundo… Era la noche del 9 de marzo. La imagen del balcón de Génova era la foto del inicio de la travesía del desierto. El principio del annus horribilis de Mariano Rajoy.

Habían subido tres puntos y medio en relación con las últimas generales, habían superado la cifra de los diez millones de votos y habían ganado cinco escaños. Pero habían perdido las elecciones y su liderazgo quedó cuestionado desde el primer minuto. ¿Cómo podía haberse dejado escapar la gloria ante «el peor presidente de la democracia»?

Desde El Mundo y la COPE empezó una campaña para desalojar a Rajoy de su sillón de Génova. Una feroz estrategia que se recrudeció conforme llegaba el congreso del PP, en Valencia. Allí sólo se presentó la candidatura de Rajoy, pese a los esfuerzos de los críticos por conseguir avales suficientes para que alguien (incluso se barajó la descabellada idea de que fuera Juan Costa) diera el paso y se enfrentara al presidente del Partido Popular que no había sabido conseguir la victoria ante Zapatero. Y Rajoy ganó.

Pero las críticas no se han aplacado. Los críticos están a la espera de que Mariano Rajoy caiga. No ocultan su sensación de orfandad y se quejan de que Rajoy no ejerce como «un verdadero líder de oposición». Y ni siquiera se esfuerzan en ocultar el cabreo.

LAS PRÓXIMAS CITAS ELECTORALES, DECISIVAS PARA RAJOY

Al caer están ya las próximas citas electorales: gallegas, vascas y europeas. Para muchos de estos críticos la situación idílica sería… ¡perder las elecciones!. «Así quedaría tiempo, si Rajoy se fuera a su casa, para preparar el liderazgo de un sustituto antes de las elecciones generales».

Para ellos es la estrategia de «cuanto peor, mejor». Las encuestas, además, les avalan. Pese a que las desastrosas cifras económicas, el equipo de Rajoy no termina de recoger los frutos, según las encuestas. En el mejor de los casos, empatan. Además, tampoco ha dado resultado la estrategia de ponerse de perfil ante el nacionalismo en las Comunidades Autónomas donde existe este movimiento. Ni en Galicia ni en el País Vasco las expectativas son buenas para el partido de Rajoy. «Lo único que le podría salvar la cabeza es que el resultado sea decente en las europeas».

Rajoy, así, termina su annus horribilis enfrentándose a un futuro incierto.

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