Fernando Pastor, el persecutor de los crucifijos, es un asiduo visitante de terroristas

(PD).- Su interés en favor de la laicidad para que quitasen un crucifijo del colegio en el que estudia su hija es sólo una lucha por una animadversión personal de un hombre que está relacionado con los pro etarras.

Fernando Pastor, el padre de Valladolid que recurrió la presencia de crucifijos en el colegio público Macías Picavea de la misma ciudad, en el que estudia su hija y que trabajó como corresponsal del diario abertzale Egin, hasta que fue cerrado en 1998, reconoce seguir visitando y carteándose con los presos condenados en su día por formar parte de ETA y colaborar con la banda armada, según informa Época.

Pastor comenzó a trabajar en Egin a los 20 años. En aquel momento, su misión en el diario consistía en distribuir por Valladolid los ejemplares que le enviaban desde Hernani, donde se encontraba la sede del diario abertzale radical.

En aquellos años conoció a Fernando Alonso, redactor y compañero suyo en Egin, que fue detenido y condenado por pertenecer a un comando de ETA. Pastor asegura que aún mantiene contacto con Alonso, a quien ha visitado en la cárcel de León.

Los otros dos presos a los que hace referencia durante una conversación mantenida con este semanario son Andoni Murga e Iñaki Gonzalo Casal, alías Kitxu. Andoni Murga se encuentra en la prisión de Valladolid por pertenencia a un comando etarra, pero, tal y como reconoce en el vídeo Fernando Pastor, tras escribirle una carta, a la cual Andoni Murga no contestó, se enteró -por medio del también preso Fernando Alonso- que Murga no quería recibir ni visitas ni cartas de parte de nadie.

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