(PD).-«Durante las dos semanas previas al atentado de Ignacio Uría hemos detectado un envío masivo de cartas de extorsión de ETA”, confirma la Confederación de Empresarios de Navarra. “Han llegado y siguen llegando” nuevas cartas, sentencian. Según las mismas fuentes, los últimos envíos de misivas extorsionadoras de los terroristas superan el doble de la cantidad que hasta el momento viene siendo habitual. Además, también se ha detectado un incremento sustancial en las cantidades económicas que reclama ETA. En el País Vasco sucede más de los mismo.
Pese a que desde el entorno de las patronales vascas subrayan que se trata de un “goteo constante” de misivas “que no ha cesado nunca” sin avanzar más detalles, fuentes empresariales de todo crédito han confirmado a ÉPOCA que en aquella comunidad también están sufriendo un recrudecimiento sustancial del acoso terrorista. Un hecho que ya ha sido corroborado por filtraciones policiales y que también confirman fuentes políticas del País Vasco consultadas por éste semanario.
Desde la patronal navarra explican que “no tenemos muy claro si el asesinato a Ignacio Uría responde a que se ha negado a pagar durante 20 años, a su participación en las obras del Tren de Alta Velocidad o a ambas circunstancias”. En cualquier caso, en la CEN tienen muy claro que “la extorsión no va a cesar hasta que esta gentuza desaparezca”. Los empresarios de Navarra no ocultan que tras el asesinato se han dirigido a ellos algunos afectados por la amenaza terrorista.
“La gente se ha acojonado y ahora nos toca trasladar tranquilidad a los afectados” relatan. Atendiendo al número de extorsionados que se acercan a la patronal del Viejo Reino tras recibir las misivas amenazantes, se calcula que hoy los terroristas envían más del doble de cartas que antes de la ruptura de la falsa tregua, cuando no se abandonó la extorsión pero descendió su intensidad, informa el semanario ÉPOCA.
“Se ha producido un salto cualitativo y cuantitativo” en el acoso de ETA a los empresarios, afirman las mismas fuentes, que añaden que el mecanismo que utiliza la banda para recaudar el dinero con el que mantiene su actividad criminal sigue siendo el mismo. Desde la patronal navarra consideran que ETA tiene muy bien estructurada su logística y no necesita modificar” su modus operandi.
Sin embargo apuntan hacia una novedad hasta el atentado de Azpeitia, que “la gente está perdiendo el miedo y hoy son más los empresarios que se atreven a denunciar” el chantaje al que les someten los terroristas. Ahora bien, si hasta después de la tregua la cantidad económica que exigía ETA en sus misivas se encontraba “en una horquilla de entre veintemil y sesenta mil euros”, ahora se han conocido casos en los que los miembros del aparato de extorsión de la banda criminal llegaban a pedir hasta 400.000 euros.
“No es más que una prueba de que ETA necesita financiación, se les van cerrando vías económicas”, señalan desde la patronal navarra en alusión a los fondos públicos que se han manejado alegremente durante los últimos años.
“ETA actúa como una empresa, con su presupuesto”, agregan, y también inciden en el hecho de que “las últimas cartas que ha enviado ETA las ha duplicado” para garantizar que ninguna se queda por el camino y llega a sus destinatarios.
La misiva en sí siempre va dirigida al empresario extorsionado,pero el sobre no. La crueldad y el afán atemorizador de los terroristas les lleva a enviar los sobres a nombre de la esposa, hijos, o empleados de confianza de los empresarios. Una práctica que también aplican con los remites de las cartas.
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