(PD).- El acercamiento de presos a las cárceles del País Vasco huele demasiado a chamusquina. A pesar de las últimas detenciones de los jefes de ETA, muchos indicios apuntan a que el Gobierno ZP podría estar negociando con los terroristas; una sospecha que también comparte Esperanza Aguirre.
En un acto del PP en Getafe, la presidenta regional ha mostrado su temor a que la no disolución de los ayuntamientos de ANV responda a fines más políticos de lo que en un primer momento indican.
Y es que el asesinato de un empresario vasco en Azpeitia ha ensombrecido las detenciones de varios miembros de ETA en las últimas semanas: sus cómplices gobiernan en el mismo pueblo donde mueren las víctimas. Por eso Aguirre ha exigido la disolución de los consistorios gobernados por ANV.
Aunque de cara a la galería se este aplicando una política con ETA distinta a la pasada legislatura, podría estarse pensando en volver al mal llamado proceso de paz, o sea, en realidad negociación política con los terroristas.
La presidenta madrileña ha exigido que el Estado «plante cara a los terroristas en todos los campos» y ha añadido que si el Ayuntamiento de Marbella fue disuelto por «un caso de corrupción», por qué no se disuelven los Ayuntamientos donde gobierna ANV, y esto «es posible aplicando la Ley de Bases de Régimen Local».