El Gobierno premia a los etarras que se muestran en desacuerdo con la estrategia de la banda

(PD).- El Gobierno ZP quiere ahondar la brecha abierta entre los presos de ETA. Para ello, Rubalcaba ha decidido volver a poner en práctica la maquiavélica política de «premiar» a los reclusos que se desmarcan de «la línea dura» de la banda terrorista. O sea, a los que se han hartado ya de pasar tiempo entre rejas, condenados por matar, una recompensa.

Desde el pasado 15 de octubre hasta ahora, el Gobierno socialista ha acercado a prisiones próximas al País Vasco a 10 miembros destacados e históricos de ETA.

La mayoría de los beneficiarios de esta medida ha mostrado su rechazo a la actual estrategia de violencia que lleva a cabo la banda terrorista y ha tomado posiciones en defensa del diálogo y la negociación para acabar con lo que ellos denominan «el conflicto vasco», según informa El Mundo.

En la mayoría de los casos, se trata, de antiguos dirigentes que ya han sido expulsados de ETA por haberse pronunciado en contra de la «lucha armada».

Sin embargo, también hay entre los trasladados otros reclusos que no se han manifestado sobre el abandono de las armas, pero cuentan con un historial suficientemente sangriento como para que sean relevantes en el seno de la banda asesina.

Esta es la primera iniciativa de premios y castigos hacia etarras presos con delitos de sangre, desde que Rubalcaba puso en marcha un equipo especial de seguimiento de los internos de ETA para intentar resquebrajar el «frente carcelario» de la banda.

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