(PD).- No van bien las cosas en la calle Génova; la imagen de Rajoy se hiende y los muestras de deslealtad se empiezan a repetir con demasiada asiduidad. Así que los asesores del líder popular ya se han puesto manos a la obra para intentar recuperar su liderazgo y cerrar algunas bocas de los, como citó Cospedal, «cobardes anónimos que reman en contra».
El círculo de confianza de Rajoy está perplejo. En pocos países la crisis ha tenido un impacto tan fuerte; la tasa de paro alcanza cotas históricas y la recesión es una realidad, sin embargo, los últimos sondeos muestran a un PSOE que resiste y un PP que no acaba de despegar. Para colmo, aunque la imagen del partido sale algo reforzada, el líder del PP no ha sabido sacarle partido político a la situación.
Esta situación ha provocado las traiciones dentro en el seno del propio partido, como se vio en la pasada sesión de control cuando las ausencias masiva de varios diputados en un momento tan crítico evidenciaron la poca sintonía hacia una de la ‘chica Rajoy’, Soraya Sáenz de Santamaría, quien tuvo que pedir disculpas ante las cámaras de Antena 3 por la vergüenza vivida en el hemiciclo.
Así, y según cuenta El Periódico, los asesores de Rajoy están preparando actos «menos convencionales y diferenciados» para potenciar la imagen de jefe. Los gerifaltes del PP son conscientes que todavía queda mucho para las próximas generales y tratan de evitar la «ansiedad».
El último sondeo elaborado por el CIS denota un empate técnico entre ambos partidos, un dato positivo para el PP aunque, dadas las circunstancias, en la sede de la calle Génova creen que podrían ser mejores, por no mentar la falta de confianza de los ciudadanos hacia el líder popular.
Esa situación ha motivado que un nutrido grupo de parlamentarios populares exija a la dirección del partido una reflexión al respecto, informa Europa Press. «Algo no se está haciendo bien porque todos nuestros mensajes se han centrado en la crisis y, sin embargo, no se despierta optimismo ni se motiva a la gente», señala uno de los diputados consultados. «Estamos en una grave crisis y el PP no despega. La gente está demandando alternativas creíbles», añade otro parlamentario.
Consciente de ese cierto desapego que provoca Rajoy en propios y ajenos, la dirección ultima su plan de trabajo (y de imagen) para el líder. Avisan que será imposible ponerlo en marcha antes de enero, ya que los congresos regionales y provinciales lo impiden.
Sin embargo, la FAES, la fundación que dirige Aznar, considera que los cambios de imagen son tiempo perdido. «Elaborar una campaña de imagen para el electorado centrista es perder el tiempo, porque no lo necesita. Por el contrario, ese electorado aprecia la claridad de ideas y coherencia de los mensajes», asegura Miguel Quintanilla en el último número de Cuadernos de pensamiento político, editado por la fundación del PP. Parece que Rajoy tiene que hacer deberes dentro y fuera de casa para mejorar sus notas.
