¿Ha entrado el PSOE de ZP en la senda agonizante del felipismo de 1995?

José Luis Rodríguez Zapatero
José Luis Rodríguez Zapatero

Mientras el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hace horas extras por conseguir un hueco en la Cumbre de Washington del 15 de noviembre, su gabinete apenas logra transmitir mensajes optimistas sobre una hipotética salida de la crisis económica. Ningún dato sobre desempleo, actividad industrial, exportaciones, etcétera, supone un atisbo de esperanza a corto o medio plazo y el PSOE empieza a prepararse ya para dos largos años de derrumbe de nuestra economía.

La «gota fría» amenaza con hacer rebosar en tan largo tiempo el vaso de la paciencia ciudadana, colocando a los socialistas ante el espejo de su falta de reacción preventiva para capear el temporal. Los análisis de los expertos empiezan a preocupar en la sede de Ferraz, según ha constatado El Semanal Digital en fuentes solventes, según escribe Miguel Ángel Orellana en El Semanal Digital.

A diferencia de otros momentos vividos en el socialismo, la economía puede terminar convirtiéndose en el más destructor de los misiles contra el carisma y liderazgo del hombre que lleva rigiendo los destinos de España desde mediados de 2004.

El primer vencimiento de la factura electoral de la crisis se abonará en las elecciones europeas de junio de 2009, ya que las autonómicas vascas o las gallegas operan en claves muy locales. Además, los comicios europeos propician el voto de protesta sin temor a las consecuencias. Eso se da por descontado en el PSOE.

El verdadero pavor, según reconocen las fuentes, podría llegar en las elecciones municipales y autonómicas de 2011. No en vano, las perspectivas gubernamentales apuntan a un 2009 devastador en materia económica y, al menos, un año de recuperación para que la tormenta no se traduzca en una auténtica debacle electoral.

El análisis llevado a cabo en el tablero de control de Ferraz considera que el Gobierno de Zapatero difícilmente podría resistir un alud de noticias negativas en 2010. En ese supuesto, en el ánimo de muchos de los que acudirán en 2011 a los colegios electorales estará la idea de que más que ayuntamientos y parlamentos regionales, lo que estará en juego será el futuro del Gobierno de la Nación.

Por eso, las urnas podrían convertirse en el foro de una moción de censura ciudadana contra el propio José Luis Rodríguez Zapatero. «Le ocurrió a Felipe González en 1995. España vivió entonces un cambio en la relación entre PSOE y PP cercana a los 19 puntos», advierten los consultados.

En efecto, los populares rompieron entonces la hegemonía socialista en capitales de provincia y comunidades autónomas y provocó un vuelco espectacular en el mapa del poder local. «El impacto de la situación influyó decisivamente en el voto», inciden. La historia posterior es bien conocida. «La economía empezó a mejorar a finales de 1995.

Y, ciertamente, en 1996, el Partido Popular ganó unas generales, pero por la mínima. Porque el PSOE sólo perdió 1,2 puntos de su capital electoral», sostienen las fuentes. En todo caso, en Ferraz encuentran alivio en la creencia de que este PP «no se está beneficiando del desgaste del Gobierno con su sonora sobreactuación crítica».

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