«A la amiga Marga ni le preguntamos, que es de la casa»

"A la amiga Marga ni le preguntamos, que es de la casa"

(PD).- Resulta repugnante la poca entereza que demuestran algunos a la hora de bajarse los pantalones ante sus señorías. Que Justicia y Política caminan vergonzosamente de la mano no es ninguna novedad; pero lo vivido este jueves durante el nombramiento de cuatro vocales es digno de escarnio. El almibarado Trillo, lejano ya de Perejil y del ‘manda huevos’, destacando las virtudes y el currículum del mismo que firmase la querella del ‘caso Tamayo’ o al socialista Ramón Jáuregui felicitarse del nombramiento de quien calificó hace poco de «extrema locura» la Ley de Igualdad.

Buena cuenta de todo esto ha dado Fernando Garea en El País, quien atiza sin piedad a los portavoces de los partidos que han pactado el reparto del Consejo General del Poder Judicial. No dieron tiempo siquiera a que los comparecientes contestaran sus preguntas para que comenzaran a escucharse loores: «Su idoneidad es indiscutible»; «le agradezco su brillante y sincera exposición»; «usted es la esperanza de regeneración del Consejo saliente»; «usted es una de las personas que mejor sabe cómo funciona la Justicia»; «ha sido un acierto proponerle»; «usted está particularmente cualificado»; «vamos a hacer un equipo que regenere el Consejo»…

Cuenta Garea que el mismo Trillo recibió a José Manuel Gómez Benítez, abogado del PSOE en diversas causas, con esta frase: «Su currículum le avala para ser un excelente vocal del Consejo». Fue precisamente Gómez quien firmó en su día la querella del caso Tamayo con la que el PSOE acusó al PP de Madrid de participar en una presunta trama para comprar a dos diputados socialistas y dar el Gobierno a Esperanza Aguirre.

No faltaba tampoco Emilio Olabarria, diputado del PNV, repartiendo alabanzas a Fernando de Rosa, hasta hace dos días consejero de Justicia de Valencia y muy crítico con «la negociación con ETA». O a Ramón Jáuregui, felicitando el nombramiento de quien calificó hace poco de «extrema locura» la Ley de Igualdad.

¿Sobre el deplorable estado de la Justicia? Nada; no era tiempo de hacer política sino de arrumacos. Ni siquiera el caso de Mariluz y la sanción del juez Tirado eran excusa para romper ese momento entre amigos. Incluso Trillo pidió a uno de los magistrados que no dijera nada del asunto «para no ser piedra de escándalo».

Los portavoces de todos los grupos aprovecharon para justificar su pacto explicando prolijamente que el Consejo es un órgano político, puesto que es el gobierno de los jueces. El matiz de los comparecientes fue diferenciar entre órgano político, politización de sus decisiones y partidismo. «He cumplido siempre mi trabajo sin cumplir órdenes», subrayó Bravo. Gómez Benítez aseguró que, «más que despolitizar, hay que descorporativizar» [sic]. Los dos propuestos por el PSOE defendieron que los vocales tengan que comparecer en el Parlamento. «Es un síntoma de modernidad», destacó Gómez Benítez.

De Rosa se quedó un escalón por debajo pidiendo que sea el presidente del Consejo quien esté a disposición del Parlamento. El actual presidente, Francisco José Hernando, se negó dos veces a comparecer, con apoyo de los vocales propuestos por el PP. A «la amiga Marga» [Uría], como dijo Trillo, ni le hicieron preguntas, porque «es de la casa [ha sido diputada]», en expresión de Olabarria. Sólo la elogiaron.

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