(PD).-La escena volvió a repetirse ayer en el País Vasco. Fiestas populares convertidas en plataforma de reivindicación terrorista y de amenaza para cargos públicos electos. Es una constante que cada verano se extiende por la mayor parte de los municipios vascos. En esta ocasión ocurrió en la localidad vizcaína de Lequeitio y tuvo a su alcalde, José María Cazalis, como centro de las amenazas.
El alcalde Cazalis, precisamente, viene sufriendo en las últimas semanas repetidas amenazas que se suman a los ataques que estos días se han registrado contra el PNV en otros municipios vascos como Lemoa, Santurtzi o Lezama, donde sus sedes sociales han sufrido la acción de los proetarras, según publica el diario El Mundo.
Lequeitio llevaba días preparándose para vivir la que es, sin duda, la jornada más esperada por sus vecinos y por los miles de visitantes que invaden sus calles. Y algunos colectivos de la izquierda abertzale no quisieron desaprovechar la ocasión para volver a expresar su apoyo a ETA y reiterar la amenaza como discurso político.
Los barcos en los que van los mozos salen de un muelle en cuyos muros está dibujada una diana con el nombre del alcalde del pueblo, que es del PNV. A bordo de las embarcaciones se exhiben pancartas que ensalzan abiertamente a ETA, mientras que en el pueblo nadie se ha molestado en borrar las pintadas en favor de la banda terrorista.
Lequeitio es un municipio donde las formaciones proetarras tienen una fuerte implantación y en el que la candidatura de ANV fue anulada por los tribunales. Los seguidores de Batasuna han situado al PNV en el punto de mira -en la elección de alcalde acabaron tirando la urna por la ventana- debido a que este partido ha asumido la Alcaldía.
No es ninguna novedad que los proetarras conviertan las fiestas populares en plataforma reivindicativa del terrorismo. Lo que resulta increíble -como dice El Mundo– es que ni la Ertzaintza ni la Policía Municipal hayan intervenido para impedir que se cometan delitos de enaltecimiento del terrorismo y de amenazas a los cargos públicos del PNV. El propio alcalde fue insultado y amenazado por impedir la lectura de un manifiesto en favor de las tesis de ETA durante el chupinazo de las fiestas. ¿Qué es lo que lleva a las autoridades vascas a no defender ni al pueblo ni a sí mismo de este matonismo?
