Las claves de la derrota de Rajoy… segun la Factoría Arriola

Las claves de la derrota de Rajoy... segun la Factoría Arriola

(PD).- Pedro Arriola es el asesor maldito de Rajoy. Lo fue, desde el año 1989, de José María Aznar y ha recibido críticas acerbas, sobre todo desde dentro del Partido Popular, tras la derrota de marzo. En su momento, presentó su informe poselectoral, hasta ahora inédito.

La revista Época ofrece esta semana sus líneas básicas. El informe se completa con diversas manifestaciones de personajes cercanos al presidente del partido, personajes, en todo caso, que tienen una relación intensa con Arriola.

Lo primero que mantiene el informe es una opinión que, según algunos ejecutivos cercanos a Mariano Rajoy, debió emitirse antes de los comicios: “El Partido Popular nunca pudo ganar las elecciones”. Es evidente que a toro pasado, todos son muy listos.

Pedro Arriola adujo, tras conocer los resultados, que en las condiciones en que se celebraron los comicios no existían posibilidades reales de ganarlos.

El millonario asesor llegó a subrayat enfáticamente que “yo nunca dije que podíamos triunfar”.

Como actitud es poco digna, porque antes de la elección, todos los que le conocen y el equipo en pleno de Rajoy pensaba y decía lo contrario. Incluido el hábil Arriola.

Otros colaboradores de Rajoy insisten, sin embargo, en que el equipo que preparó y trabajó en la campaña “nunca tuvo de labios de Arriola esa frase”.

Lo que es evidente es que el asesor redactó y propagó a los cuatro vientos en la primera semana, justo tras el fracaso, un análisis que, en síntesis, atribuía el fiasco (curiosamente Rajoy siempre pensó en el triunfo) a varios factores.

Son los siguientes:

1. El peso del voto femenino
Pedro Arriola lamentó que el Partido Socialista “se ha llevado la mayoría del sufragio de las mujeres”.

Éstas representan ya actualmente un 50,5% del censo electoral y también, claro está, de los votantes.

Su percepción es que Zapatero trabajó intensamente este voto durante su primera legislatura como presidente del Gobierno, con iniciativas como la ley de igualdad e incluso la ley de dependencia.

El Partido Popular, por el contrario -incluye el informe-, no prestó demasiada atención a las mujeres o, por lo menos, éstas en su conjunto no percibieron una especial preocupación del PP por ellas.

En el Partido Popular aseguran, no obstante, que Arriola no insistió ni durante la preparación del programa, ni después, en la propia campaña, en destinar espacio preferencial al voto femenino. Y dicen: “Es más, fuimos nosotros los que logramos que se dispusiera un mayor espacio para ellas”.

2. El atentado de ETA
Fue, según Arriola, un factor “muy negativo en el último momento”. El asesor recordó que “en las dos últimas elecciones generales no ha habido viernes electoral” y, sin embargo, “ha habido sábado electoral”.

Ambas referencias se apoyan en que una semana antes del asesinato de Isaías Carrasco por ETA, la distancia entre el PSOE y el PP era “aún menor” que la habida finalmente el 9 de marzo.

Es cierto que el viernes 29 de febrero, Mariano Rajoy recibió un sondeo realizado por Carlos Malo de Molina, de Sigma 2, que apuntaba incluso a una probable vidtoria del PP.

Arriola rememora el dato y afirma: “…Y todos en el PP saben que yo nunca he hecho encuestas”.

3. Estatuto de Cataluña
Contrariamente a todas las previsiones que poseía el PP (algunas, es de suponer, debidas al propio Arriola), la aprobación del Estatut favoreció los resultados electorales del Partido Socialista.

Arriola asevera además que la mayoría de los votantes del PSC-PSOE atribuyeron al propio Zapatero la paternidad de la iniciativa.

Su informe venía a decir asimismo: “…Y los que no estaban de acuerdo sencillamente se abstuvieron porque mostraron así su enorme hartazgo de todos los políticos”.

Es notable que un colaborador estrechamente vinculado a Rajoy responda textualmente a Pedro Arriola de esta forma: “¡Ah!, ahora resulta que el Estatuto nos hizo daño; daño; lo podía haber dicho antes, porque antes siempre sostuvo que era exactamente lo contrario”.


4. El 11-M

Quizás es esta razón de la derrota la que mayor polémica suscitó en el Partido Popular. Arriola dijo en su informe que al PP no le benefició, ni mucho menos, “tener durante tanto tiempo el drama del terrible atentado del 11-M encima de la mesa”.

Cuando el asesor hace mención de las causas presuntamente lejanas que tuvieron una incidencia negativa en el resultado de marzo, cita también el recuerdo de la Guerra de Irak y dice genéricamente esto: “El 70% del electorado español aún no nos ha perdonado la decisión de Aznar”.

Naturalmente que ante esta opinión saltan chispas en el PP. Por un lado, se atribuye a Arriola una “connivencia connivencia cultural” con Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde de Madrid, al que una buena parte del partido y de sus aledaños mediáticos ha criticado severamente por intentar que la tragedia de Madrid fuera apartada de la controversia política.

Si, además, a este factor se le adosa la cita de la Guerra de Irak, la reacción de los derrotados es aún más virulenta: “Que diga esto el que fue principal asesor del presidente Aznar…”.

Pedro Arriola no suele ser demasiado conmiserativo con los que, desde algunos medios de comunicación, que él llama habitualmente “la derecha vacilante”, le están propinando un “achuchón similar” al que en su momento recibió de Aznar.

Para Arriola son los mismos perros con distintos collares, los mismos que anteriormente llegaron incluso a pedir la retirada de Aznar para que se hiciera con el partido Mario Conde.

Ahora se ensaya una jugada parecida.

5. Se mueren los votantes
Y existe algún elemento cronológico que pocos en el PP -ésa es la verdad- quieren escuchar: el envejecimiento de “su población”.

Arriola tiene la teoría de que entre el 14 de marzo de 2004 y el 9 de marzo de 2008, más de un millón de personas abandonaron el voto porque, sencillamente, murieron.

Toda su tesis es que el voto conservador pertenece a los mayores de 50 años y el, digámoslo así, progresista, el de los menores de 40, mayoritariamente al PSOE.

Aun así, el asesor defiende que el contingente de electores fallecidos pudo compensarse hace tres meses con la voluntad popular de un sector mínimo, eso sí, de jóvenes, con parte de la abstención que rechazó al PSOE y, sobre todo, con una gran facción, grande, grande, de los votantes que en 2004 se pronunciaron a favor del zapaterismo y que esta vez se pasaron de bando.

Y Arriola lo justificó en su informe:

“Madrid” -llegó a decir- “es un síntoma: el PP no ha ganado más en Pozuelo o en Chamberí (feudos clásicos de la derecha), sino, por ejemplo, en Parla o Vicálvaro (feudos clásicos de la izquierda)”.

6. Y, además, por qué no se ganó
Arriola no dudó en declararlo: porque no se podía ganar. No era ni el momento de Rajoy, ni el momento del PP. Ninguno de los dos –aclaraba con evidente inteligencia- han fallado; ha fallado la crisis económica.

“Un año más” -recalcaba- “y las lanzas se hubieran vuelto cañas”. Y se remite a lo que está ocurriendo con la economía.

Pero para algunos colaboradores de Rajoy, el razonamiento, aprovechón, es sólo una broma pesada. Por eso preguntaron hace un par de meses a Pedro Arriola.

“¿Rajoy puede ganar alguna vez?”.

Algunos de los que formularon esta pregunta prospectiva ya no están declaradamente con Mariano

Rajoy; es más, venían esperando una alternativa para no tener que votarlo dentro de unos días en el Congreso de Valencia.

Por todo, cuando cuentan que Arriola, a su vez interpelado al efecto, manifestó irónico: “Hombre, si, como parece, va a ganar Obama…”, hay que poner cautelas a su contestación.

7. Debates inocuos

En el PP, y naturalmente a posteriori, han proliferado las voces críticas sobre la actuación de Mariano Rajoy en sus dos debates con Rodríguez Zapatero. Arriola suele, al paso, contar una anécdota a sus más próximos: “Cuando llegué a la primera confrontación, me encontré con Manuel Campo Vidal, el moderador (el mejor de los dos, por cierto), y le dije: “Manolo, tú y yo somos los únicos que sobrevivimos a los debates entre González y Aznar del 93”.

“Luego” -añade-, “al terminar, todos, también los asesores del presidente, estábamos de acuerdo en que el debate lo había ganado el mío”.

Y tras esa anécdota continúa: “Ahora bien -y como advertí en su momento-, yo no creo que los debates cambien nada”.

Pero en el partido no están de acuerdo: creen que pudo hacerse más y que el consejo del “bajo perfil” y el de “Mariano, sólo economía”, que atribuyen precisamente a Arriola, fueron determinantes para que, a pesar de que Rajoy fuera el triunfador objetivo, las encuestas, más o menos manipuladas, se expresaran radicalmente al revés.

¿Y cuánto gana Arriola?
Éste es un informe que en nada convence a quienes consideran que Arriola es un lastre para Rajoy y para para el Partido Popular. Están en guerra abierta con el asesor, hasta el punto de que, en su opinión, sus servicios se encuentran muy por encima de su rendimiento.

Las filtraciones sobre el contrato de Pedro Arriola han menudeado en los últimos tiempos.

Desde los 400 millones más encuestas aparte, a los más modestos 100 millones anuales (siempre hablando en pesetas) que le atribuyen los más cautos.

El único y atrevido colaborador de Rajoy que le preguntó directamente: “¿Cuánto ganas, Pedro?” recibió esta respuesta: “El mismo dinero, traducido a euros, por el que me contrató José María Aznar, más el IPC correspondiente”.

Cuánto es nadie parece saberlo, pero él ha advertido que está dispuesto a marcharse “si es que yo soy el problema, y no la solución, para ganar”.

¿Se marchará? Un confidente malagueño responde por él: “Si Rajoy
hubiese sido el triunfador, Arriola ya no estaría en el PP” y finaliza: “Ahora bien: depende de lo que pase en Valencia; si ve que la cosa se pone muy mal para Rajoy, a lo mejor se va. Desde el punto de vista personal y profesional, es lo que más le conviene”.

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