El Rey visita por sorpresa a las tropas españolas en Afganistán

El Rey visita por sorpresa a las tropas españolas en Afganistán


(PD).- Ha hecho lo que había que hacer y merece un aplauso. El Rey se ha ido por sopresa a Afganistán y pasará el último dfía del año con las tropas españolas destacadas en el violento pais de los talibanes. 2007 podía haber sido su annus horribilis, pero Don Juan Carlos ha sabido darle la vuelta con enorme y poderosa intuición política. El «por qué no te callas» a Chávez es sólo un ejemplo.

Durante el año que ahora acaba, el Rey Juan Carlos ha sufrido el desgarro de la separación de una hija, ha sentido en la cercanía familiar el bombardeo inesperado de la muerte prematura, ha visto cómo quemaban sus fotos y notado a su alrededor el cruel vacío de las deserciones silenciosas, ha oído cómo le pedían la abdicación, ha contemplado cómo retornaban los peligrosos devaneos cíclicos del cambio de régimen.

Y sin embargo -como subraya Ignacio Camacho en ABC-, ha salido más fuerte, más popular, más respetado que casi nunca, con el prestigio intacto y la estima alzada como en aquellas jornadas cruciales y dramáticas de un gélido y ya lejano febrero del 81.

Mucho se lo ha debido a una sola frase, a una salida certera, oportuna y feliz que el pueblo hizo suya para convertirla en un eslogan universal y de amplio espectro.

Escribe Camacho:

De un año que podía haber resultado letal para la Corona española, el Rey ha extraído el modo de reforzar una autoridad moral que le eleva varios cuerpos por encima del resto de personas e instituciones de nuestra vida pública. Hay que ser depositario de una larga herencia histórica, trufada de contratiempos, riesgos y turbulencias, para salir indemne de un atolladero semejante y sacar además el rédito de un prestigio incrementado.

Hay que dominar el manejo de las situaciones difíciles, conocer los secretos del temple y la oportunidad, y pisar sin miedo los territorios del compromiso.

El lance con el «gorila rojo» podía haber salido bien o mal, porque llevaba dentro el peligro de un boomerang reversible, pero Don Juan Carlos tiene el oficio de quien lleva décadas ejerciendo de líder sin más poder que el del arbitraje moral, sin más arsenal que la gestualidad simbólica ni más recurso que la capacidad de convicción. Su experto olfato intuyó el momento y la necesidad.

No fue humo de pajas: Chávez acabó perdiendo su propia parodia de referéndum y el Rey ganó la autoridad que necesitaba para levantar de nuevo su referencia en un momento de enorme vacío nacional, en medio de la crispación, el desencuentro y la atonía de una política enquistada hasta el agotamiento.




EL VIAJE POR SORPRESA

El monarca partió desde la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) la pasada madrugada a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Española y, tras una escala en Kuwait, aterrizó a las 6.30 horas en la Base de Apoyo Avanzado de Herat, al oeste del país.

El Rey quería visitar a las tropas españolas en Afganistán coincidiendo con su septuagésimo cumpleaños, tal y como hizo en 1998 al visitar al contingente español en Bosnia el día de su sexagésima aniversario, el 6 de enero.

El jefe del Estado, que pasrá con las tropas el Día de las Fuerzas Armadas, volvió a repetir la experiencia de reunirse con militares españoles en misión en el extranjero en 2002 cuando presidió en Istok (Kosovo) el Día de las Fuerzas Armadas junto al entonces titular de Defensa Federico Trillo.

El Rey, que viaja acompañado por el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, tendrá oportunidad de conversar con los mandos y felicitar las pascuas a los 742 militares españoles emplazados en Afganistán en el marco de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).

El grueso del destacamento español se concentra en ‘Camp Arena’, sede de la Base de Apoyo Avanzado (FSB) de Herat, y en la Base Miguel de Cervantes, sede del Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) de Badghis, situada en Qala-I-Now.

A varios kilómetros de la FSB de Herat se sitúa el contingente de 52 instructores militares españoles que da formación a dos batallones del Ejército Nacional Afgano y que está desplegado en Base Stone.

El destacamento se completa con varios oficiales destinados en los Mandos Regional Oeste (Herat) y Central (Kabul) de la ISAF.

La misión con más bajas

Tras haber viajado en 1998 a Bosnia y en 2002 a Kosovo, el Rey visita hoy el teatro de operaciones que más vidas españolas se ha cobrado, con un total de 86 bajas.

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