(PD).-Con el deporte como excusa, el Euskal Herria-Cataluña se convirtió en un acto de soberanía político con hogueras alimentadas con banderas españolas, gritos e insultos contra España y los políticos separatistas echándole un pulso radical al Gobierno ZP. El resultado fue lo de menos: empate a uno.
Los equipos de fútbol de Cataluña y del País Vasco empataron a un gol este sábado por la noche en Bilbao (norte de España), en un partido de fútbol marcado por la reivindicación exacerbada de las selecciones «nacionales» de ambas comunidades autónomas españolas.
El joven delantero del FC Barcelona Bojan Krkic abrió el marcador en el minuto 29, debutando de forma inmejorable con el equipo de Cataluña. Pero, ante su público, los vascos reaccionaron con el gol del empate que anotó el delantero del Athletic Bilbao Aritz Aduriz en el 69.
Antes del partido, se había hecho pública la llamada «declaración de San Mamés», el nombre del estadio de la ciudad vasca donde se disputó el encuentro ante los casi 40.000 entusiasmados espectadores que abarrotaban sus gradas.
Firmado por los gobiernos de Cataluña, del País Vasco y de Galicia, ese texto se pronuncia a favor de «la práctica de deportes autóctonos y de las selecciones nacionales» de esas tres comunidades históricas y reclama su presencia a nivel internacional.
El Partido Popular criticó esa iniciativa, considerándola una nueva manifestación del «nacionalismo radical» y condenó el silencio del gobierno socialista en este tema.
Algunas de las 17 comunidades autónomas españolas y en particular Cataluña han intentado en repetidas ocasiones, hasta ahora sin resultado, conseguir que sus equipos «nacionales» sean reconocidos por federaciones deportivas internacionales.
Los jugadores de los dos equipos entraron el sábado al terreno de juego de la ‘Catedral’ de San Mamés enarbolando una pancarta en la que se leía: «Euskal Herria, Cataluña, una nación, una selección» en vasco y en catalán.