(PD).- Han pasado ya más de dos meses desde que el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, anunciara que todos los alcaldes de su partido iban a cumplir con lo estipulado en la ley e izar diariamente en sus respectivos ayuntamientos la bandera española. Pues mintió, porque 47 consistorios con alcalde socialista siguen engándose a hacer ondear la enseña nacional.
Que el PNV o ERC procedan de esa forma entra, lamentablemente, dentro de lo previsible. Pero que el partido que gobierna en España ignore una normativa que debería ser el primero en cumplir, y que ningunee uno de los principales símbolos del Estado, resulta absurdo.
No sólo los ayuntamientos gobernados por los nacionalistas incumplen la Ley de Banderas. Al menos 47 consistorios con alcalde del PSOE se niegan a izar la bandera de España, incumpliendo así de forma flagrante la legislación vigente.
Y eso que la ley es clara y la resolución del Tribunal Supremo, también: la bandera de España tiene que instalarse en el exterior de todos los edificios públicos de forma «permanente» y ocupar un lugar preferente en su interior.
Por si había alguna duda, esta misma semana el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha obligado al Ayuntamiento de Bilbao, gobernado por el PNV, a colocar la enseña nacional «a diario» y en un lugar «preferente» en la balconada del edificio.
Al margen de los dictados de los tribunales, lo inquietante de esta situación es que un partido nacional como el PSOE haya renunciado a ejercer como tal en todo el territorio, ya sea por electoralismo, por un mal sentido de la prudencia o por temor a las consecuencias.
Las evasivas de los miembros del Gobierno, tanto las de Rubalcaba -que ha manifestado que «no se puede utilizar la bandera para sacar votos ni para dar con ella al contrario»- como las de Fernández Bermejo o De la Vega -que han acusado al PP de apropiarse de los símbolos-, suenan a excusas vacías y ridículas ante ejemplos como el de Regina Otaola, que está dando la cara en un municipio tan hostil para los símbolos de la España democrática como es Lizarza.
PAIS VASCO
En más de la mitad de los ayuntamientos gobernados por el PSE -10 de 18- sigue sin haber en las fachadas ni rastro de la enseña rojigualda.
Se trata de los municipios alaveses de Elciego y Moreda de Alava; del vizcaíno de Basauri, donde paradójicamente el PSE gobierna con el PP; y de los siete consistorios que los socialistas vascos dirigen en Guipúzcoa: Andoáin, Zumárraga, Eibar, Irún , Lasarte Oria, Rentería y su capital, San Sebastián.
La determinación de algunos alcaldes socialistas de no izar la bandera española es tal que ni siquiera una citación judicial les anima a hacerlo. Este ha sido el caso del alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, que el pasado 30 de noviembre tuvo que acudir a declarar al juzgado acusado de un delito de desobediencia tras una denuncia de Manos Limpias por no izar la enseña nacional en la fachada del Ayuntamiento.
La titular del Juzgado de Instrucción número cuatro de San Sebastián, Ana Isabel Martín Ramos, emitió un auto con el que archivó la causa abierta contra Elorza.
Argumentó, para sorpresa de los denunciantes, que la sentencia dictada por el Tribunal Supremo en julio, y que obligó a la academia de la Ertzaintza en Arkaute a poner la enseña rojigualda junto a la ikurriña, no obligaba a Elorza a poner la bandera española en su Ayuntamiento.
La decisión de esta magistrada de San Sebastián parece haber sido acogida por esta decena de alcaldes socialistas y por el nacionalismo gobernante como un respaldo a su interpretación de la ley.
Manos Limpias ya ha recurrido el archivo de estos dos casos, así como de la denuncia que también presentó contra el delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, por no hacer cumplir la ley en esta comunidad en su función de representante del Estado.
La disidencia de esta decena de alcaldes está avalada en la práctica por los máximos líderes del partido en el País Vasco, quienes también enarbolan ahora el archivo de la causa contra Elorza como prueba de que la llamada guerra de las banderas es sólo un «arma electoral» que está blandiendo el PP.
Recuerda Patxi López siempre que puede que, cuando María San Gil era concejala del Ayuntamiento de San Sebastián, «nunca pidió al alcalde que pusiera la bandera española» en la balconada, por mucho que los populares hayan presentado ahora diversas iniciativas plenarias en este sentido, siendo sistemáticamente rechazadas por el alcalde.
En Bilbao, sin embargo, esta misma semana se ha conocido una sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) que obliga al Ayuntamiento de la capital vizcaína a izar la bandera española en el edificio consistorial para que ondee a diario y en un lugar preferente, como símbolo ante los ciudadanos de «la nación, signo de soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria».
El fallo de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJPV, fechado el 30 de noviembre, es firme y contra el mismo no cabe recurso alguno. Tras él, el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, del PNV, ha declarado que colocará la bandera española en el balcón de la Casa Consistorial «por obligación y no por devoción».
Pero no todos los socialistas vascos comparten el mismo criterio que los disidentes. El PSE gobierna en seis importantes ayuntamientos de Vizcaya y en todos, menos en Basauri, la bandera española ondea diariamente junto a la ikurriña con total normalidad. También en Alava hay alcaldes socialistas que izan sin complejos la bandera nacional: Iruña de Oca, Ribera Baja y su capital, Vitoria, dan cuenta de ello. Es en Guipúzcoa donde parecen tener más problemas a la hora de hacerlo, a la vista de que ninguno de sus siete alcaldes se atreve a izar la bandera, salvo en fiestas o días muy concretos.
NAVARRA
Apenas les separa una frontera invisible con sus compañeros del País Vasco, pero sus actitudes ante ciertas cosas, como el uso de la bandera nacional, parece situarles a mucha mayor distancia.
Y es que los socialistas navarros no tienen problemas a la hora de izar la enseña española en los ayuntamientos que gobiernan. Es más, en la Comunidad Foral, el PSN hizo piña en su día con los regionalistas de UPN para impedir que los nacionalistas lucieran una bandera distinta a la española y a la roja con las cadenas de Navarra en sus ayuntamientos: la ikurriña.
CATALUÑA
El presidente de la Generalitat instó en su día al republicano Joan Puigcercós a izar la bandera española en su consejería para evitar una crisis en el tripartito, pero al poco, José Montilla abandonó esa estrategia y no ha seguido ahora ese mismo ejemplo para llamar al orden a los numerosos ayuntamientos gobernados por los socialistas que incumplen la Ley de Banderas.
A día de hoy, de los 278 municipios gobernados por el PSC, al menos una treintena continúa incumpliendo la Ley de Banderas.
Unicamente cuatro municipios han rectificado y han izado la bandera de España. Se trata de los ayuntamientos de Sant Joan Despí, Sabadell, Badia del Vallès y Ripollet. Todos ellos en la provincia de Barcelona.
Fuentes del Ayuntamiento de Sant Joan Despí, en la comarca barcelonesa del Baix Llobregat, aseguraron a EL MUNDO que el Consistorio no ha rectificado, porque siempre ha cumplido la Ley de Banderas, informa Héctor Marín. «Lo que ha pasado es que la enseña estaba siendo limpiada y acondicionada, porque estaba muy sucia y descosida», según un portavoz municipal. «Y lo mismo pasaba con la senyera y las banderas del municipio y de Europa», añadió.
Del repaso elaborado en toda Cataluña destaca sobremanera que toda una capital de provincia como Tarragona, donde los socialistas gobiernan con los republicanos de ERC, no ondea ninguna enseña. Lo mismo ocurre en las localidades vecinas de Reus y Torredembarra.
También elude el cumplimiento de la Ley de Banderas el Ayuntamiento de Sant Just Desvern, donde la primera teniente de alcalde es Anna Hernández, esposa del presidente de la Generalitat, José Montilla.
La política de la mayoría de los ayuntamientos socialistas que no cumplen la Ley en Cataluña pasa por izar exclusivamente la senyera, acompañarla en ocasiones con la del municipio y la europea. De la enseña nacional, ni rastro.
