(PD/Agencias).- Asier Bengoa López de Armentia y Saioa Sánchez, los etarras que asesinaron el pasado sábado al guardia civil Rául Centeno y a su compañero Fernando Trapero, fallecido este miércoles, han sido detenidos por la Gendarmería francesa al suroeste de Francia. Los dos criminales iban armados, pero no se han atrevido a reaccionar. Un tercer terrorista, implicado en el crimen, continúa huído.
La captura se ha producido en una parada de autobús de la pequeña localidad gala de Châteauneuf de Randon, en el departamento de Lozère. Ambos facinerosos estaban localizados desde las últimas 24 horas.
Saioa Sánchez Iturregi, alias Hintza, una de las etarras más buscadas por las fuerzas de seguridad.
Asier Bengoa ya fue detenido en 2003, en una operación desarrollada contra el aparato de captación e infraestructura de ETA, en la que fueron arrestadas otras 27 personas a raíz de la documentación incautada al dirigente etarra Juan Ibón Fernández de Iradi «Susper».
Bengoa tiene pendiente en España una condena de siete años y seis meses de prisión por un delito de colaboración con banda armada.
El juez Baltasar Garzón decretó para él prisión preventiva el 5 de abril de 2003, aunque posteriormente quedó en libertad provisional a la espera del juicio. En el momento de la detención, llevaban una gran cantidad de dinero en efectivo.
PISTOLA AUTOMÁTICA Y REVOLVER
Los dos miembros de ETA portaban una pistola, un revolver y documentación falsa. La Gendarmaría Francesa ha procedido a tomarles las huellas dactilares para cotejarlas tanto con las huellas encontradas en los vehículos que abandonaron en su fuga, como con los archivos policiales para así proceder a su identificación.
Coincide la descripción
Antes de conocerse las identidades, Zapatero ha asegurado en la cumbre Italo-española en la que se encuentra que «es probable» que los detenidos sean los etarras que asesinaron al guardia civil y ha felicitado a la Policía francesa y a los cuerpos de seguridad del Estado así como al presidente francés y a la ministra gala.
«Estoy plenamente convencido de que si se confirma la autoría de los dos detenidos, el tercer criminal tendrá el mismo destino».
Minutos después, el guardia civil ingresado en Bayona moría.
DOS JÓVENES GUARDIAS QUE IBAN DESARMADOS
Los agentes de la Guardia Civil, Raúl Centeno y Francisco Trapero, se encontraron presuntamente con tres miembros de la banda terrorista ETA en una cafetería de Capbreton. Según una de las hipótesis con las que trabaja las fuerzas de seguridad, los miembros de ETA reconocieron a los agentes y los llevaron a su vehículo, donde comprobaron que eran agentes de la Guardia Civil, momento en el cual los dispararon a sangre fría.
Raúl Centeno falleció en el acto, mientras Francisco Trapero ha muerto esta mañana en el hospital de Bayona, donde estaba ingresado en estado extremadamente grave desde el sábado.
Los dos agentes, ambos solteros y miembros del Grupo de Apoyo Operativo (GAO, dedicado a vigilancias y seguimientos), participaban en una operación antiterrorista que llevaba al menos un mes en marcha. En el momento del atentado no iban armados.
LA FUGA DE LOS MALVADOS
Tras disparar contra los dos jóvenes, los tres terroristas huyeron en un VolsGolf. En el paraje de Haut-Mauco, los etarras se dividieron abandonando el vehículo, donde se encontró 340 gramos de material explosivo. La mujer siguió su fuga en un segundo vehículo, mientras los otros dos terroristas secuestraban a punta de pistola a una mujer y a su hija, que viajaban en un Peugeot 307. Las dos rehenes fueron liberadas poco después, y los terroristas prosiguieron su fuga.
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