Cristina Sánchez y Virginia Martínez (Periodista digital).En la Asociación de Prensa de Madrid, Joan Clos explicó los ejes de intervención llevados a cabo por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
En cuanto a las políticas trasversales, Clos destacó, que de los 8000 millones de euros de presupuesto, la mitad va destinada a la política de I+D+I, sobre todo a superficie tecnológica y empresarial. Para ello, existe el modelo de convocatorias, Profit y el CDTI que después de que la empresa presenta su proyecto, lo evalúa y decide si lo financia o no.
El Ministerio destina 1700 millones de euros al año al comercio exterior, considerándolo la segunda política trasversal. Esta cantidad se divide en dos paquetes. Uno de ellos es el ICEX y el otro el de las exportaciones de las empresas políticas de intervención. Hace un año se incluyó un nuevo paquete, con el fin de fomentar la inversión extranjera en nuestro país.
A la tercera política trasversal,fomento de la sociedad de información y comunicación, se le asigna alrededor de 1500 millones de euros al año, cantidad similar destinada al fomento de primas en la energía renovable, en la que la eólica representa el 95%. La reducida cantidad se debe a que se hace a través del sistema tarifario.
En relación a las políticas sectoriales, a la minería se dedica 1200 millones al año. Se trata de un sector con relevancia política pero poca relevancia presupuestaria porque su papel es más de controlador y no necesita financiación pública.
Una de los sectores económicos de mayor peso en España, el turismo, se ha visto afianzado por el Plan 2020 en el que todos, recalcado por el Ministro, se han puesto de acuerdo en la preservación del capital natural para preservar nuestra ventaja comparativa y en añadir valor a la actividad turística y focalizar productos.
El sector automovilístico es una de las columnas frontales de la industrialización y por ello se dedica una cuota de 3 millones de euros al año. En el caso de la aeronáutica, la EADS fue la gran apuesta pero debido a la pérdida de competitividad pasaron del 20 al 50% de subcontratación.
También quiso destacar la evolución positiva de los sectores hasta entonces problemáticos, como la cerámica, en el que España ocupa el segundo puesto detrás de China, el calzado o el naval donde tienen pedidos para seis o siete años.
Por último, el objetivo de las políticas territoriales es focalizarlas e impulsarlas hacia la tecnología media-alta o alta para defenderse de la competencia con el fin de generar una nueva economía.
