(PD).-Rodríguez Zapatero ha sido investido oficialmente como candidato del PSOE para las próximas elecciones legislativas de marzo de 2008. El presidente del Gobierno les ha prometido a los suyos volver a ganar pero pide una mayoría más amplia. No hace autocrítica ni presenta algo que pueda llamarse «plan de gobierno».
El acto de proclamación celebrado en la localidad madrileña de Fuenlabrada, que se abrió con un video que repasa la gestión del gobierno, fue presentado por el presidente del PSOE, Manuel Chaves. El encuentro ha contado con la presencia de la práctica totalidad de los ministros, además de secretarios de Estado, presidentes autonómicos socialistas y la Ejecutiva federal del partido.
Zapatero ha sido incapaz de elaborar una idea para el futuro de España. Los problemas están allí pero Zapatero recurre al escapismo. ¿Descarta el presidente volver a negociar con ETA en cualquier circunstancia o hipótesis? ¿O interpretaría la nueva mayoría como un aval de su malograda intentona? Se lo pregunta en su columna Ignacio Camacho.
Los ciudadanos que sospechan que estamos «en el descanso» del proceso, como repite con feliz metáfora Mayor Oreja, sólo pueden tranquilizarse al respecto si escuchan de boca de Zapatero el pitido expreso y contundente del final del partido. Cualquier rodeo o indeterminación supone abrir la posibilidad de retomar el diálogo a la primera oportunidad que se presente.
Zapatero afirmó al ser investido que «aceptando, tomo el compromiso de llevar a mi partido hasta la victoria en las próximas elecciones legislativas de marzo «. Con este acto oficial, el PSOE da por iniciada la precampaña electoral, que se plantea con el lema «La mirada positiva». El PSOE se empleará a fondo en esta precampaña para hacer llegar a la ciudadanía la necesidad de que España cuente en la próxima legislatura con un Gobierno «con mirada firme, limpia y positiva» como la de Zapatero.
¿Tiene prevista el presidente una fecha límite para su mandato? ¿Asume la autolimitación que se impuso Aznar o prefiere continuar por la senda de González hasta que le retire el electorado? ¿Se entiende ese compromiso extensivo a la hipótesis de que el PP no logre formar mayoría de investidura? ¿Está ZP dispuesto a dejar gobernar en minoría a la fuerza más votada sin recurrir a una alianza de perdedores que suplante el sentido del sufragio universal?
Demasiadas preguntas para un candidato que está encantado de conocerse a sí mismo. Preguntas retóricas. La ambigüedad, la conveniencia y el relativismo propio de la política española. Que las cuestiones de fondo floten en el aire.
