(PD).- Después de 30 años, los Reyes de España pondrán sus pies en las ciudades españolas de Ceuta y Melilla. Esta visita ha sentado como un tiro al expansionista Mohamed VI de Marruecos, que nunca ha escondido su deseo de conquistar estas dos partes de España. El país vecino «lamenta y rechaza» este viaje oficial de sus Majestades, prueba de la necesidad y la oportunidad de la presencia allí de Don Juan Carlos y Doña Sofía.
El Gobierno de Marruecos, marioneta del rey Mohamed VI, «lamenta y rechaza» la visita anunciada de los Reyes de España a las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla, según ha dicho el ministro marroquí de Comunicación y portavoz del Gobierno, Khalid Naciri. El primer ministro marroquí, Abás el Fassi, ha añadido que confía en que los monarcas «renuncien» al viaje.
Abás El Fassi ha mostrado su «sorpresa» por la visita y ha señalado que siente un «profundo lamento y rechazo» por esta iniciativa, que tendrá como consecuencia «influir en las relaciones privilegiadas existentes entre los dos países amigos«.
«El Gobierno (marroquí), en total simbiosis con el pueblo marroquí, recuerda que esas dos ciudades forman parte del territorio del Reino de Marruecos y su retorno a la madre patria se hará por medio de negociaciones directas con la vecina España, como fue el caso de Tarfaya, Sidi Ifni y el Sahara marroquí».
La vulneración de las normas más elementales del Derecho Internacional por parte de Marruecos hace -y hacía hace ya tiempo- necesaria una visita más que simbólica del Jefe del Estado de España a estas dos ciudades que, pese a estar situadas en el norte de África y lindando a Marruecos, son españolas indiscutiblemente.
Este viaje de sus Majestades los Reyes a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla es fiel reflejo de la concepción constitucional de la Corona como símbolo de la unidad y permanencia del Estado. Frente a la reacción desmedida y fuera de lugar del Gobierno marroquí, la españolidad de estas dos ciudades es una realidad inequívoca desde el punto de vista histórico y sociológico.
Ceuta se incorpora entonces a la Corona, después de diversas disputas por el territorio entre castellanos y portugueses. La incorporación de Melilla parte de una repoblación, comenzada a título privado por la nobleza y completada por los Reyes Católicos. Por tanto, carece de sentido plantear cuestiones decididas hace cinco siglos en el marco del proceso de descolonización de África, desarrollado a gran escala en pleno siglo XX, o como aspiración territorial de Estados que adquieren en tiempos recientes la condición de sujetos del Derecho Internacional.
Según el comunicado hecho público por el Ejecutivo de Marruecos,
«El Gobierno no puede más que expresar su rechazo y su absoluta reprobación a esa iniciativa lamentable, sean cuales sean las motivaciones y los objetivos de la visita».
Declaraciones como éstas son las que hacen que se entienda la trascendencia de este viaje, que servirá para ratificar el compromiso de la Corona con la unidad y la soberanía de España.
PRIMERA VISITA DE DON JUAN CARLOS Y DOÑA SOFÍA
La visita será la primera oficial de los monarcas a las ciudades autónomas, motivo de fricción con Marruecos, que las reclama como parte de su territorio. Don Juan Carlos y Doña Sofía han visitado oficialmente las 17 Comunidades Autónomas de España en alguna ocasión y sólo faltaban esas dos ciudades autónomas para completar su recorrido por España.
Sin embargo, desde la Casa del Rey se ha señalado que la fecha escogida es «un buen momento«. Don Juan Carlos y Doña Sofía estuvieron en ambas ciudades como Príncipes de España a principios de los 70, y, al cumplirse los 32 años de reinado, quieren repetir viaje.
También el Ministerio de Asuntos Exteriores han insistido en las «magníficas» y «fluidas» relaciones que existen entre España y Marruecos.
La presencia de los Reyes en Ceuta y Melilla es un acontecimiento histórico y de extraordinaria necesidad. La unidad de la Nación y la integridad territorial son principios intangibles que saldrán muy reforzados de este acontecimiento de primera magnitud.
