No es baladí. Del soporte depende casi todo, porque no se gana el Grand National montado en un borrico, aunque seas el mejor jockey del mundo. Ha roto por fin con los plastas de Mclaren. Ahí se quedan el halitoso Dennis, el pringao de Hamilton y hasta la novia de este. Ahora, Fernando Alonso anda buscando coche desesperadamente.