(Periodista Digital).-El País abandona a su suerte a Maleni Álvarez. Su crónica incompetencia, sus embestidas contra la prensa y sus acusaciones infundadas van socavando su crédito. Tanto que el diario global en español critica abiertamente al gobierno Zapatero por el AVE de la vergüenza.
En su editorial le exige que no minimice los problemas y no mantenga contra viento y marea la fecha de diciembre para inaugurarlo. La gestión ha sido incompetente. Y si es culpa de las empresas, la responsabilidad es de Fomento por no ejercer la responsabilidad sobre ellas.
Tendrán que rodar cabezas. «Desde luego no va a ser la mía» dijo la ministra en privado según comentaba Carlos Herrera en Onda Cero. Lo cierto es que es un fracaso político que el AVE Madrid – Zaragoza – Barcelona, porque la obra pública más importante de este Gobierno, se ha convertido «en un rosario inacabable de problemas, retrasos y, para colmo, en una suspensión del servicio de los trenes de cercanías que deja en condiciones precarias de transporte, durante al menos dos meses, a más de 160.000 viajeros, después de que se abrieran socavones en la zona de obras de la línea de alta velocidad».
Hay motivos más que suficientes de preocupación para el Gobierno, que teme con razón el elevado coste en votos que tendrá que pagar en las próximas elecciones a cuenta de este fracaso. Eso sin mencionar la herida abierta entre el Gobierno socialista, de una parte, y los socialistas catalanes y el Gobierno tripartito de la Generalitat, de otra.
Y que no le echen la culpa a Aznar que ya no cuela. Porque el hartazgo de la gente se palia con soluciones, no con venganzas en las hemerotecas, la estrategia de Pepe Blanco ayer en en el programa 59′. Por una vez El País exige que no se resuelvan los problemas negando su existencia o entidad:
«En esta atmósfera de un más que justificado hartazgo de los ciudadanos ante los despropósitos diarios, importa muy poco si los males de hoy proceden de la decisión del Gobierno de Aznar de abaratar las contratas o si el trazado fue mejor o peor concebido. El primer error que no debe cometer ahora el Gobierno es disimular el desastre manteniendo contra viento y marea la fecha prevista de inauguración del AVE para el 21 de diciembre. El retraso no es su principal problema, pese al ridículo de inaugurar una obra 14 años después de su licitación inicial. Acierta la ministra Magdalena Álvarez cuando dice que «en primer lugar está la seguridad, después el servicio de los ciudadanos y en un tercer término poder inaugurar las obras». Pero se equivoca cuando asegura que «no pasa nada» si el plazo se incumple».
Improvisación, incompetencia, irresponsabilidad, gestión política chapucera. «Ahora es también el momento en que hay que exigir responsabilidades políticas por el costosísimo fracaso de esta línea de AVE. El presidente del Gobierno y la ministra de Fomento tienen la palabra», culmina el editorial. ¿Se atreverá Zapatero? De momento, se le ha borrado la sonrisa.
