Díez: «Setién se niega a aceptar a un vasco que no sea separatista»

(Periodista Digital).-Las declaraciones del obispo José María Setién en la que no mostró ningún respeto ni apoyo hacia las víctimas ha provocado una contundente respuesta de Rosa Díez en ABC. Para la dirigente de UPD, Setién «es cómplice, responsable de una pedagogía antidemocrática que lleva más de treinta años educando jóvenes en el odio y en la mentira».

Setíen dijo -en una entrevista que le realizó José Luis Barbería con motivo de la presentación del libro «Un obispo vasco ante ETA»- que en el País Vasco hay una injusticia que no denuncia únicamente ETA. Los derechos históricos vascos fueron violentados mediante la acción de una violencia que se ha convertido en Derecho. Y lo que quiero saber es si esos derechos existen o no y si han sido incorporados debidamente a la Constitución».

Rosa Díez observa «la perversidad en el lenguaje» que suele ser una estretagia de rutina en los nacionalistas como desmostró Santiago González en su libro «Palabra de vasco».

Las reivindicaciones de los nacionalistas —de los que matan y de los que no, pero en este caso, particularmente de los que matan,pues a ellos se refiere la pregunta— son para Setién derechos violentados mediante la acción de una violencia que se ha convertido en Derecho. ¿Puede haber un discurso más antidemocrático, más justificador del terror y del crimen que esas palabras de Setién? ¿Puede hacer ese discurso un pastor de la Iglesia sin que la jerarquía eclesiástica españo-la haga algo más que remitirse a su posición oficial? ¿No es impunidad lo que la jerarquía eclesiástica le brinda a quien justifica objetivos que requieren del uso del crimen para imponerse? ¿No termina esa impunidad, brindada a Setién, extendiéndose a los propios criminales?

Setién habla también de lo que él considera un vasco y un español:

P. «Usted divide a la población vasca entre españolistas, por un lado, y vasquistas y nacionalistas por otro. ¿No está caricaturizando una realidad compleja?».
R. «¿Y qué otros vascos va a haber?».

La especia vasca. Está claro como denuncia Díez que para Setién ser vasco equivale a ser vasquista y/o nacionalista.

Los que no lo somos sencillamente no somos vascos. ¿Hacen falta más argumentos para justificar la expulsión de los no nacionalistas? ¿Cabe mayor coincidencia entre las palabras del obispo y los objetivos del pacto de Lizarra, ese pacto firmado entre el nacionalismo y ETA para excluir de la vida civil a los no nacionalistas? El obispo dice que no quiere la unicidad del modelo soberanista de la llamada nación española. Traducido: no quiere que todos los ciudadanos que vivimos en Euska-di disfrutemos de los mismos derechos. Ni más ni menos lo que el lehendakari proclama en su plan: «Serán vascos todos aquellos que vivan en Euskadi. La nacionalidad se regulará por ley». El obispo bendice la discriminación de derechos entre ciudadanos con la misma tranquilidad con la que otros pastores de otras iglesias,tiempo ha, bendecían a quienes se ponían las capuchas del Ku Klux Klan. ¡Qué peso se habrán quitado de encima los verdugos nacionalistas vascos que a día de hoy están preparando el próximo crimen! Lo hacen, Setién lo ha dicho, cargados de legitimidad; se les ha impuesto un modelo, no les reconocen sus derechos. Ya lo ha dicho el obispo: «En el fondo, los miembros de ETA son revolucionarios».

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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