Recusan a dos magistrados para allanar el camino del Estatut

(Periodista Digital).-El Estatut, como sea. La alevosa bronca de Fernández de la Vega a la presidenta del Tribunal Constitucional va descifrándose con el paso del tiempo. El Gobierno intentó evitar la pérdida de poder en el Tribunal Constitucional y recusó, por primera vez en democracia, a dos jueces conservadores para impedir que el PP se haga con el control del alto tribunal.

Zapatero debe pensar que el TC es una sastrería donde uno se puede hacer trajes medida y donde los que llevan la toga no son más que simples tenderos a su servicio. Es la primera vez que un Gobierno intenta alterar la composición de un Tribunal por medio de la recusación. Con el éxito de esta acción, el Pleno del TC quedará reducido a 8 magistrados para decidir sobre la constitucionalidad de la enmienda Casas, cinco de los cuales integran el llamado bloque progresista.

El Gobierno argumenta que pretende mantener la imparcialidad del más alto tribunal de la nación y que ésta puede quedar en entredicho si Roberto García Calvo y Jorge Rodríguez Zapata participan en la deliberación del recurso presentado por el PP contra la ley que prorroga el mandato de la presidenta, María Emilia Casas, hasta que cese como jueza en el Constitucional.

Es una manera de maquillar las cosas para no mostrar la estrategia partidista tan desaforada que utiliza el Gobierno para controlar la institución. Cuando Alfonso Guerra González afirmó que «Montesquieu ha muerto» no se trató de un exabrupto ocasional, sino de una auténtica exposición de principios. Para los defensores del despotismo, las doctrinas del barón de Montesquieu resultan altamente peligrosas.

El Gobierno -como recuerda hoy el editorial de ABC- «no puede actuar como un particular contra magistrados del TC, pues ni su responsabilidad institucional se lo permite, ni la naturaleza de los procesos constitucionales lo aconseja». Pero Zapatero tiene miedo de llegar al final de su legislatura con un TC que le volteé toda la arquitectura legislativa que ha venido montando. Y para eso, a veces, hay que ajustar las instituciones a los caprichos partidistas.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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