Díaz Usabiaga y Barrena, entre los jubilados forzosos en Batasuna

(PD/Punto Radio).- Los últimos acontecimientos en el País Vasco con la ruptura del alto el fuego permanente por parte de ETA, el pasado 5 de junio, han propiciado un relevo generacional, no sólo en el seno de la banda, sino también en la Izquierda Abertzale con una crisis que supondrá la jubilación de la mayoría de los dirigentes actuales.

Concretamente, los cambios se van a producir dentro de pocas semanas cuando se anuncie la composición de la nueva Mesa Nacional de Batasuna donde serán desplazados dirigentes históricos como Rafael Díaz Usabiaga, responsable del sindicato LAB, o portavoces como Pernando Barrena e incluso el duro Rufino Echevarría.

El fracaso del proceso para el final de la violencia de la banda terrorista ha desencadenado una serie de consecuencias internas en el mundo abertzale donde los jóvenes han tomado las riendas, lo mismo que ha ocurrido en el seno de ETA, según han confirmado a PUNTO RADIO fuentes de la lucha antiterrorista.

La renovación de buena parte de la dirección actual de la ilegalizada Batasuna se debe al enfrentamiento interno entre los considerados posibilistas o blandos que son partidarios de la negociación con el gobierno y los duros, más jóvenes, que están imponiendo sus tesis más radicales de volver a la lucha armada para obligar al presidente Rodríguez Zapatero y al PNV a aceptar sus tesis soberanistas que se expresan en el último boletín interno recogido este domingo por el diario Gara:

sólo cuando los partidos cierren un acuerdo político resolutivo se darán las condiciones políticas para retomar el proceso negociador y para que active sus compromisos de alto el fuego…

Además de que los duros se hagan con el poder en Batasuna, siguiendo el hilo conductor de lo que ha ocurrido en ETA, la renovación de dirigentes en Batasuna se debe también al frente judicial que afrontan con varios procesos a punto de concluirse en la Audiencia Nacional, entre los que destacan el macrosumario 18/98 con 53 acusados de integración en ETA y el de la financiación de la banda a través de las herriko tabernas con 40 procesados, entre ellos los principales dirigentes actuales de Batasuna.

En fuentes de la lucha antiterrorista, se da por descontada la irrupción de nuevos líderes, más jóvenes, menos instruidos, más violentos, menos politizados, que colocan a su vez a gente de su confianza, de su cuadrilla, para asegurarse la lealtad y la misma línea de pensamiento y acción.

En la última asamblea de Batasuna, celebrada el pasado 8 de septiembre, muchos de los que defendían el diálogo no se atrevieron ni a intervenir ante el clima de violencia verbal frente a cualquier opción de recuperar los contactos con los interlocutores socialistas y peneuvistas. Un ejemplo de lo que está ocurriendo, y que se pondrá de manifiesto en las próximas semanas, es el total olvido que sufre de su entorno el que fuera considerado cabeza visible de Batasuna, Arnaldo Otegi. Ni siquera su blog en Internet registra visitas.

Frente al cansancio y frustración de los históricos que han vivido ya tres intentos de fin dialogado, en Argel, en Zurich y en Oslo, la nueva generación surgida de la violencia callejera no está dispuesta a tirar la toalla frente al gobierno central sin conseguir algún objetivo político lo que puede significar un nuevo período de otros siete u ocho años hasta que se pueda atisbar alguna probabilidad de diálogo.

Un período que sólo se podrá evitar si la eficacia policial les obliga a plantearse una nueva oportunidad de diálogo y si la firmeza francesa les asfixia tras los últimos atentados en suelo galo que han provocado una mayor determinación del presidente Sarkozy de luchar contra un terrorismo etarra dispuesto a abrir el frente francés dentro de una mentalidad estalinista donde prevalece la táctica del ejercicio de la violencia sin valorar la estrategia de las consecuencias de los actos terroristas.

El gobierno también espera que los presos etarras, más de 600 en cárceles españolas y francesas, presionen a la organización para que busque una solución ante la falta de esperanza de salir de la cárcel en un tiempo prudencial. También hay división entre los presos que exigen dialogar y los que siguen los planteamientos duros de los más radicales.

La radicalización de los jóvenes que ejercen el mando en ETA, y ahora en Batasuna, apunta también a responder a la iniciativa del lehendakari, Juan José Ibarreche, de plantear el 25 de octubre de 2008 una consulta popular sobre el futuro del País Vasco, que consideran como una estrategia de robar votos a la izquierda abertzale en las próximas elecciones generales y, sobre todo, en las vascas dentro de un año y medio.

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