(PD/Agencias).- Hay elecciones a la vista y el Gobierno ZP ontenta por todos los medios recuperar el terreno perdido. Es por eso por lo que se repite tanto «España», cuanto antes ni se pronunciaba y por lo que se lanzan globos sonda, tratando de dar imagen de firmeza.
El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, anunció esta tarde en los pasillos del Congreso de los Diputados que el Gobierno está estudiando aprobar la castración química para delincuentes sexuales reincidentes, o su ingreso en centros de rehabilitación.
Bermejo, que hizo estas declaraciones en un momento en el que dejó el hemiciclo, aseguró que el Gobierno va a intentar que estas nuevas medidas se aprueben antes del final de esta legislatura. «Es un proyecto en el que llevamos trabajando tanto que en la reforma del Código Penal se plantean cambios en este sentido», ha explicado.
El ministro de Justicia también ha aclarado que el Gobierno se plantea «dos tipos de posibles medidas posdelito para reincidentes o habituales: reeducación, terapias adecuadas, y medidas de libertad vigilada». Según ha dicho, «después de cumplida la pena, puede ocurrir que haya delincuentes que nos conste que no se hayan rehabilitado», en referencia al violador de Vall d’Hebrón, que quedó en libertad el pasado 22 de septiembre, después de cumplir 16 de los 311 años a los que había sido condenado, y que salió a la calle a pesar de los informes de los psicólogos, que aseguraban que no se había rehabilitado.
Bermejo se lamentó de que, de acuerdo al Código Penal de 1973, hubiera podido quedar en libertad, ya que ese texto no incluye medidas postdelito.
Ante esto, Bermejo se ha preguntado: «¿La sociedad civil debe permancer inerme?». Según ha dicho, los tribunales deben contar con herramientas que «prevean el sometimiento para cuando se cumpla la pena en caso de no rehabilitación, medidas de tratamiento terapético obligatorio, de tipo psiquiátrico, psicológico o químico [«la mal llamada castración química», ha dicho]. Y medidas de libertad vigilada».
El ejemplo de Sarkozy
El anuncio del proyecto del Gobierno sigue la línea de las medidas anunciadas en agosto por el presidente francés, Nicolás Sarkozy. Para endurecer sus políticas con los pederastas reincidentes, Sarkozy anunció la construcción de un hospital especial al que deberían ir obligatoriamente -como en la propuesta de Bermejo-, y del que no podrían salir hasta que un comité médico dictaminara que se habían rehabilitado.
La primera unidad de este nuevo centro abrirá sus puertas en 2009 en Lyón.
En aquella comparecencia, realizada poco después de la liberación de un hombre que había sido condenado en tres ocasiones por abusos a menores, Sarkozy también se mostró partidario de la castración química de los pederastas.
Quienes admitan este tratamiento, sí podrán tener permisos para salir del hospital, pero siempre con un brazalete electrónico para su control.
«No se puede dejar en libertad a depredadores, a gentes que pueden matar y destrozar la vida de niños», dijo aquel día el presidente francés, quien anunció que el proyecto de ley con esas reformas será presentado en noviembre.
