El Sol no sale
por esa que es tu izquierda
perfecta y rara.
Ni va y se pone
por la derecha acuerda
un recorrido.
El Sol lo trae
por la derecha un gallo
desgañitado.
Y se lo lleva
por esa izquierda un burro
insatisfecho.
En la ternura
los ramos se apresuran
con los que gritan.
Y en la innombrable
se lentifican nubes
entre los pechos.
Esta mecánica
de los brazos cruzados
se inmortaliza.
Y esta mecánica
si miramos al Sur
puede invertirse.
José Pómez
http://pomez.net