En cuanto agarra.
El níspero amarillo se esforzó cuanto pudo
escuchaba laderas desunidas y ardientes
y en ganas admirables nunca se rezagaba
cuando usaba una guía intrépida y primorosa.
A veces se activaba el hueso verde acentuado
sublime y resbaloso en las llamas de las sombras
pujantes de alumbrados de sentidos parados
y apaño convencido en rama que no deslumbra.
En el anhelo espera sembrar atrevimiento
sin ser vencedor lee la inocencia del mundo
y relanza los términos dorados de la vía
como si se escribiesen segmentos orientados.
Es perla de la lumbre oculta la inextinguible
y arrojada a las aguas cálidas y fecundas
pero no pudo hacerlo allí siguió siendo un níspero
no le sirvió de mucho y sigue siendo amarillo.
José Pómez
http://pomez.net