Columna extrema anclada en la alegría,
no es necesario que tú me lo digas,
sé que aún me quieres con mis versos tuyos,
y no te precipites en ladera,
de la soledad ronca no indicada.
Ni entre los dedos más aventurados,
que delimitan sombras entre manchas,
la certidumbre aclara tu presencia,
completando la fuga del espanto,
repescando las cosas figuradas,
en el planazo del arte y poema,
bajo el Sol mis pinceles y mis versos,
y bajo tus pies mis manos unidas.
José Pómez
Http://Pomez.net