Suerte domesticada.
Estés donde estés ahora habilitada al verso
y además desde el día a veces bien recordado
donde se entrecruzaban los albores rodados
bronceados de luna débil en la ida a ti
incorporaba el tacto descerrajado al tiento.
Después de inexistente aparecido en la sombra
del desencuentro hablado surge en senda perfecta
de la materia el alma responde desde arriba
y así se diga es nada o así se diga es todo
donde es práctica el daño queda siempre el rencor.
Comprobar la bondad no es demasiado amado
marcha erguida formal en el aprendizaje
hilvanado a los tiempo de los dorsos del viento
y alineada en cumbre de las dificultades
la almendra circundante que enmarca la verdad.
José Pómez