Manco mas no es efímero al desdén ni a la plaga
que desgasta tomiza deshilachada en mena,
débil como el corpiño redoblado de pena
en el hielo caliente se apaga y se sufraga.
Cuando el norte volado desvaría y divaga
de nuevo se repite el esfuerzo en la barrena,
perpetua y destemplada sin nada en la almacena
se gasta en lo medido y no todo se propaga.
En la frialdad sensata desde el helecho pobre
quizá tres resistencias empleadas a fondo
conforten pensamientos en el agua salobre,
y entre botes de plata quede un bloque redondo
la malla desatada para que no zozobre
totalmente exquisito entre engañoso trasfondo.
José Pómez
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