En las lomas del mundo generoso
como si terminara de repente
como si sorprendieran los enredos
inseguros y rápidos reclamos
se vistieron de flores descalzadas
liberando la música el consuelo
de vivir cada vida con ternura
fijando a cada tramo del reposo
el afán diminuto y el murmullo
constante riachuelo e inextinguible.
Con el huerto en el molde de las nieves
soportado en el suelo de horizonte
los granitos que se hablan y se tocan
desde los sentimientos obedientes
y al descuido aterrizan alegrías
junto al reloj enorme de los nidos
se rodearon de los manantiales
códigos invencibles infinitos
con luna y azucena trenza el eco
sin mesura el rescoldo que amanece.
José Pómez
http://pomez.net