El Efímero abrazo de dos olas
desune conocidas anhelantes
al repique enlazado de las cepas,
como hilo fidelísimo al momento
y se presiente el cruce de la entrega
en el tiempo naranja de la diestra.
El pestañeo nulo injustifica
los recuerdo eternos destellados
en los suspiros dulces y fugaces,
cuando se permanece así contigo
sin cansancio ni pena el corazón
despierta amando el triste y el más alegre.
Regresan las baladas y delfines
de ese río salado y más buenísimo
de los sueños de anoche como tú,
y como yo en la mar que te pensaba
izando las dos velas sobre el mundo
con esa claridad de tu mirada.
José Pómez
http://pomez.net