Inevitable el rumbo prefijado
en los momentos cómplices de sierra
si auge continuo asecha en la alegría
o desde el pensamiento recordado.
Y el afecto sentido en esta vida
declinado en la crítica habitada
con transido paisaje el tamarindo
del mismo mundo real se expresaba.
Amoroso equipaje de los sinos
concretos levantados con la briega
destinataria en brisa consentida.
Completa de sonetos inclinados
esa colina amiga de la zanja
clara y cierta en las nubes de los ríos.
Venturosos terribles por ser cierto
que entre las calas se posa el amor.
José Pómez
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