Entrenar los detalles sorprendidos
en la arena que innova con la llama
y el destello aportado a la alabanza
hasta el principio atento irreversible.
Y en la avidez creíble resolver
los olvidos del margen amañados;
como el mejor reflejo de la sombra
de esta intensificada entrada abierta.
Es viento recordado de alma escrita
y asume en el vacío no anunciado,
el entorno estimado con mirada
de flaqueza cruzada sobre el cuerpo.
Y por ello sonríe junto al filo
de la calma templada con la boya
sumergida al descarte y al batir
unido en la unidad y en el ensanche.
Con la meta instalada se solventa
una sola vez el humo y coincide
la pereza que oculta umbral pendiente
con el amor a todos por igual.
José Pómez
http://pomez.net