Yo no te entiendo y no prometo nada
las agujetas huelgan avisadas
se aprueban desvelando el equilibrio
y el círculo friolero se detiene.
La avisada vergüenza en la nada
destierra dos palabras bochornosas;
no te espera la suerte está reunida
y repito que no te preocupes.
Vislumbrando infinito del regreso
en la estrofa velada por festiva
la leche anunciada es banda y tambores
encarecidamente disculpada.
El Otoño más largo se aproxima
con posibilidad garantizada
a esta fuente de las mentadas prisas
registra rayos y gotas de pan.
José Pómez
http://pomez.net