Esto no lo hay en todas partes, no, no.
Si atino cuanto puedo en tu enseñanza
de ala buena que mira y sobrevive
al destino de la caricia en calma
con el trío invisible indestructible.
La esencia del tornado reagrupada
se filtra en la oquedad de los corderos,
descubierta camina y obviamente
está temblando y no sé si sufriendo.
Es fruta con su lágrima intangible
e incomprensiblemente aún vacía,
poco a poco y de punta a punta es mapa
y se esculpe en espacio que se vive.
Por muy pequeña que sea mi alma
y lo es. En ella siempre quedará
un sitio para amarte y mi esperanza
no desespera ni huye si te extraña.
José Pómez
http://pomez.net