Un diferente.
Diferente, diferente, diferente, ya estamos…
¿quién puede permanecer inalterable?
ni un error absoluto permanece,
nunca estamos iguales,
en la linde expandida prolifera el cambio;
pero dime,
¿diferente?
¿a quién? diferente, ¿a cuándo?
Y contéstame, ¿cuántos sentidos empleaste;
para tus conclusiones?
Pues claro que somos diferentes
al instante ya no soy el que era,
y tú tampoco lo eres,
tenemos todo su poder:
el amor infinito es guay
y me encanta.
José Pómez
http://pomez.net