Sin cambiar el color del corredor
la lógica cadencia se rellena
y en la prolongación de los sentidos
poco o nada confluyen los vestidos
rotos, ni una encendida enhorabuena.
Sublime conclusión de historiador
que ofrece en la belleza del pigmento
soltura muscular y el pensamiento
sin cambiar el color del corredor
bajo un mínimo estado y al relente
con el clásico hablado más convulso
falta la continuidad y el impulso
de la llanura del agua aparente.
Y sin restricción cerca de eficaz
desventaja que apunta a lo mentado,
va atrayendo al final del fondo arado
prisa y dificultad que mira en paz
con serenidad de una mariposa,
reinterpretando sola su acrobacia
sobre los horizontes de la gracia
apodada la nueva hoja virtuosa.
@josepomez
