Bellísimo clamor de los nenúfares
de la cabaña negra son recuerdos,
van engarzados en la chimenea
de hogar que nunca deja que me escape;
porque cuando entro allí nunca más salgo.
Es tu río del viento de tus ojos,
sosegado decir de este verano;
cuando el tiempo se para todo rojo,
cuando me dejas hacerte una foto,
cuando escribes detrás de las imágenes:
“mi alegría está en ti y tal como tú
galopa el pretil del arriate curvo”.
José Pómez
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