De almas y mástiles
Cuando el mástil mayor deja su lucha
para recomenzar más luchador,
cuando el mástil menor va y le acompaña
el hueso es la razón y ya la tiene.
Son con los tres instantes verdaderos,
están con la verdad de la pepita,
quedan las almas, quedan extraviadas
y como toda estrella sin apoyo.
Sólo hace falta un hueco grande aquí
dentro del pecho para que él te siga
latiendo con más fuerza eternamente;
¡El puente lento late tan despacio!
José
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