El capitalismo y sus enemigos

El capitalismo es demasiado imperfecto para ser insuperable. Ante todo, una imperfección de espíritu: práctica y no teórica, la legitimidad del sistema capitalista es frágil puesto que se debe sólo a su éxito. Basta un fracaso, un momento de crecimiento lento para que sus fundamentos sean inmediatamente impugnados y se anuncie su muerte. Fragilidad política también: el capitalismo no produce mitos, apenas héroes: los pueblos lo juzgan sólo por sus resultados. Esterilidad mitogénica que satisface mejor en nosotros el homo rationalis que al homo symbolicus. -Introducción-

A la inversa de lo que creía Marx, el capitalismo no supera sus crisis sino que sale de ellas fortalecido. Las crisis, hasta el momento, solo han sido fatales para el socialismo. –14-

El capitalismo es una máquina de acumular riquezas movida por empresarios privados que compiten en un mercado según reglas previsibles y garantizadas por un Estado de Derecho. El capitalismo no puede durar en una cultura que no reconozca los contratos. El sistema funciona sobre esos contratos implícitos, esos millones de apretones invisibles, esa trama cultural de todo capitalismo auténtico. –14-

Ningún pueblo se ha vuelto capitalista de golpe. Los pueblos son procapitalistas espontáneamente; sólo los empresarios lo son, una minoría. Para instaurar una economía de mercado no hace falta que millones de polacos, húngaros o alemanes se conviertan en masa al capitalismo; basta con que una minoría, un puñado de activistas experimente la pasión d hacer riquezas a condición de que le sea permitido emprender y a condición de que un Estado no venga a desalentarlo o a arruinarlo. –20-

¿Los alemanes del este víctimas del capitalismo? Más bien sufren por su ausencia, por las distorsiones infringidas al mercado, por las intervenciones de los sindicatos, por los modelos monopólicos del Oeste y del Estado. Esas interferencias, promovidas por la máscara del igualitarismo, impiden que los ex habitantes de la RDA valoren su única ventaja comparativa: su fuerza de trabajo. –25-

Los orígenes del capitalismo suelen ser inmorales, lo que no implica que el capitalismo lo sea. –32-

Pareto: “La historia es el cementerio de las aristocracias”. El paso al capitalismo rebaja el status social de los sacerdotes, los artistas, los intelectuales y los técnicos y eleva el de los empresarios. –42-

Rusia lo que necesita desde hace mil años es un Estado de Derecho. El Estado ha sido patrimonial, feudal, terrorista, de un despotismo a veces amortiguado por la corrupción; nunca estuvo fundado sobre el Derecho. No porque no falten las leyes, que son innumerables, sino porque además nadie les presta atención, excepto el burócrata que puede beneficiarse con ellas. El derecho en Rusia no es una relación contractual entre el Estado y el ciudadano sino un medio entre otros para que los poderosos opriman a los más humildes. Para construir la nueva Rusia es más urgente formar tribunales, reclutar magistrados y policías de calidad que privatizar. –79-

El verdadero drama de los pueblos pobres no consiste en que son explotados sino por el contrario en que no lo son en absoluto, y en consecuencia están condenados a la extrema miseria. –93-

Las empresas en China no son más que pequeños reinos independientes a cargo de sus asalariados, súbditos y ciudadanos desde su llegada la mundo hasta su muerte: el director es responsables no sólo de la producción sino también del control de los nacimientos (un hijo por pareja) y de las exequias. ¿Cómo disolver estos regímenes feudales y volver al mercado, sabiendo que el stalinomaoísmo les ha dado forma, pero que la China clásica ya conocía ese modo de producción en el que el campesino, el artesano, estaban ligados a una unidad de trabajo que era también una unidad de vida? –98-

Hay un elemento weberiano que China no podría realizarse: un derecho racional, calculable. Ahora bien, en China no hay otra ley que el humor cambiante del soberano o las relaciones de fuerza entre los feudales del Partido. Esta naturaleza inestables del derecho, en toda partidocracia conduce a los actores económicos a especular antes que a invertir a largo plazo. Eso condena a la China a no progresar si no es por medio de trabajos de subcontrato. –102-

En China, la libertad individual no es más que una concesión provisional acordada o retirada por los mandarines del poder. –106-

En realidad, el factor determinante del crecimiento, allí donde es más espectacular, en el Sur, sobre las costas, no es el Partido Comunista: es la diáspora china. Sin las inversiones de los chinos de ultramar y de Taiwán, sin la explotación de los bajos salarios del continente por los capitalistas chinos del exterior, no habría crecimiento en absoluto. Es la apertura al capital extranjero lo que está en el origen del crecimiento, no a causa del Partido Comunista sino a pesar de él. Lejos de acelerar el crecimiento, el partido lo aminora: la prueba es que cuento más presente está en las industrias del estado, peor va la economía. –112-

Milton Friedman: ¿Se ve alguna vez alguna vez reconocer que una política ha fracasado? Si el fracaso es evidente –ayuda a los pobres, lucha contra la droga- los gobernantes concluyen que los medios afectados a esa política eran insuficientes y por eso los aumentan. Son tanto más proclives a proseguir con políticas inútiles o perversas por cuento éstas refuerzan su control sobre la sociedad y porque ellos mismos no se ven afectado por sus consecuencias. Las sociedades hacen mucho tiempo que dejaron de vivir en democracia porque los gobernantes –clase política y clase burocrática confundidas- persiguen objetivos independientes de la voluntad popular. –123-

El capitalismo no es culturalmente neutro. Destruye las solidaridades comunitarias, las antiguas jerarquías, erosiona el machismo, el sentimentalismo, el clientelismo para sustituirlos por el comercio entre individuos libres y anuentes. –123-

No podría haber un Milton Friedman francés, le dije, nuestra experiencia es demasiado diferente. La historia de los franceses es indisociable de la de su Estado, nos guste o no; nuestra nación, al contrario de los EE.UU., fue la obra de funcionarios, no de pioneros. Los pensadores y consejeros norteamericanos que se consagran a exportar el capitalismo no se dan cuenta hasta qué punto recomiendan a los rusos o los mejicanos que adopten, no al capitalismo democrático, sino su versión de un capitalismo democrático enteramente inherente a su cultura. esta confusión entre lo norteamericano y lo universal, característica de toda potencia dominante, es el origen de muchos malentendidos y choques por respuesta. –124-

La debilidad de liberalismo friedmaniano es negar la autonomía del político, la existencia social y la perennidad de los mitos. … Se deben admitir los límites del mercado. El pensamiento liberal no explica los mitos ni las pasiones colectivas por la nación, la clase, la justicia, etc. Ahora bien, en las sociedades humanas, los mitos y los símbolos son objetos reales. –125-

En todas partes donde el capitalismo actúa cimenta la religión, el individualismo y la democracia. la reflexión empírica obliga a comprobar que en el capitalismo las religiones cambian pero no desaparecen; todas tienden hacia una nueva dirección, como una religión universal que el capitalismo universal legitimara. […] Lo que caracteriza al capitalismo no es el derrumbe de la religión sino su transformación: reemplazo de religiones antiguas por religiones nuevas, o por formas nuevas de una misma revelación. –135-

El capitalismo desgasta la propiedad comunitaria y forja en todas partes el individualismo. Un europeo contemporáneo no piensa igual que sus antepasados de principios de siglo. El capitalismo modernizador lo ha desarraigado, remodelado, laicizado. Su cultura fue trastocada. Sin embargo, sigue siendo europeo: la cultura es esa mezcla de metamorfosis y de invariantes. Ninguna sociedad convertida al capitalismo escapa de esa socavación profunda y los pueblos considerados inmutables cambian a ojos vistas. El exotismo pierde con esto y la libertad sale ganando. las nuevas culturas que genera el capitalismono son necesariamente superiores a aquellas a las que reemplazan, pero las cosas son así. El capitalismo maduro impone un modelo circular: las culturas nacionales son transformadas por el capitalismo en acción que, a su vez, también evoluciona. –153-

Sorprende para cualquier visitante de un astillero, de una fábrica de automotores o de circuitos electrónicos: los coreanos son ensambladores. Al contrario de los chinos, más bien individualistas e improvisados, los coreanos de las fábricas dan cuenta de una disciplina incomparable. –197-

¡Si el despotismo desembocara en el desarrollo, el tercer mundo sería próspero! –198-

El determinismo histórico ha asolado ya suficientemente el planeta bajo su forma marxista para que parezca incongruente querer resucitarlo disfrazado de liberal. La Historia no conduce necesariamente de un punto a otro, ni siquiera del capitalismo a la democracia, ni recíprocamente. Nos limitaremos a comprobar que los valores democráticos y el capitalismo tienden a progresar a la par. La única afirmación posible es que el capitalismo sólo es duradero en una democracia la que legitimiza al capitalismo y lo arraiga de verdad por una duración sin la cual el desarrollo no llegaría a ser sostenido. –204-

Ninguna cultura es incompatible con el capitalismo y la democracia. En realidad, parece que toda cultura lleva en ella gérmenes de individualismo que entran en conflicto con las estructuras comunitarias. Contrariamente a lo que se oye, no es necesario esperar que “las mentalidades cambien” para que el capitalismo pueda establecerse. Lo puede hacer en cualquier momento, pues no exige la conversión en masa de los pueblos hacia al capitalismo. Sólo es indispensable que una minoría constituida por los empresarios, procedentes de minorías étnicas y religiosas, puedan actuar en paz. Esta paz civil y este reconocimiento del papel de los empresarios pasan a veces por una revolución, por el despotismo ilustrado, por la colonización u otros sucesos. Pero una vez instaurado, el capitalismo modifica la cultura ambiente y produce por sí mismo las condiciones y los valores necesarios para su desarrollo: la mayoría de la gente se les une cuando su condición mejora. –213-

Bibliografía:

Guy Sorman: El capitalismo y sus Enemigos (Emecé Editores, Buenos Aires, 1994)

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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