Parece ser que en Andalucía el empleo no es una cuestión prioritaria. La Junta presidida por el socialista Manuel Chaves se puede dar el lujo de demoler un complejo de hoteles de alta categoría, 1500 viviendas y un campo de golf que podría haber convertido lo que era un descampado en una zona turística pujante ofreciendo empleo a miles de personas. Pero apareció Greenpeace y ya se sabe: es más importante preservar un páramo costero a que unos inmundos capitalistas se llenen los bolsillos inviertiendo en turismo. No obstante, la histeria ecoogista le saldrá cara a los constribuyentes. Indemnizar a la promotora por demoler el complejo podría costarle 30 millones de euros. ¿A esta payasada le van a llamar desarrollo sostenible?