La vuelta al mundo en… 17 años

Santiago González Zunzundegui y su familia
Santiago González Zunzundegui y su familia

Santiago González Zunzundegui se hizo a la mar con su mujer Mayi, sus hijos Urgo y Zigor, de 9 y 8 años en un velero monocasco construido con sus manos al que puso el motor de un camión accidentado. Salieron de Hondarribia, su localidad natal, el 12 de marzo de 1983 y regresaron a ese mismo puerto diecisiete años después de darse la vuelta al mundo en otro catamarán hecho ya por toda la familia.

Este peculiar marino, tiene recogido en un libro ‘Aventura a toda vela’ la historia de esos 17 años, «La vuelta al mundo en velero de una familia vasca en 17 años».

El aventurero confesó, en declaraciones, que hubiera seguido «dando tumbos por los mares del Sudeste asiático», pero hubo una razón muy poderosa para poner rumbo a casa: sus hijos se le amotinaron en Filipinas y entonces decidió regresar.

Además de sus genes marinos que le ayudaron para salir de situaciones comprometidas -«mis abuelos iban a faenar el bacalao»- había un motivo esencial para ese viaje, escapar del consumismo y realizarse.

Puso a su barco de nombre ‘Jotake’, que significa algo así como «libertad para hacer algo con perseverancia» y eso fue lo que hizo, perseverar en navegar hacia el oeste -Canarias, Brasil, canal de Panamá, Guatemala donde estuvo trabajando cinco años porque había que cambiar de barco, México, Galápagos, Marquesas, Tahití, Fidji…- para vivir conforme consigo mismo y dar una educación integral a sus hijos. En esa travesía, en la que enfermaron de malaria, hizo amigos, pasó buenos y malos tragos, como el abordaje de un pesquero y el intento de asalto de unos piratas cuando navegaban por aguas del golfo de Bengala.

A su vuelta encontró una sociedad mucho más consumista que la que dejó, pero ya no le importa. Ha hecho lo que quería hacer «echándole arrestos» y ahora se siente realizado. Algo que considera fundamental para vivir a gusto.

Tanto sus hijos como él tienen trabajo y su mujer cuida con devoción a sus padres octogenarios. Santiago navegó a la manera clásica, con la ayuda única del sextante y el olfato y comentó sobre las dificultades para vivir cuatro personas en un espacio tan reducido: «Eso si fue una auténtica convivencia».

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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