El Gobierno de Evo Morales descartó ayer decretar el estado de sitio en Santa Cruz ante la ola de violencia y los saqueos protagonizados por grupos opositores en esa capital oriental contra varias instituciones estatales.
(EFE).-La posición fue expresada por los ministros de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, y de Defensa, Wálker San Miguel, en una rueda de prensa en la que, no obstante, acusaron a los líderes cruceños de haber iniciado ayer un «golpe cívico prefectural» al Estado de Derecho en Bolivia.
La ciudad de Santa Cruz, donde están afincados los principales opositores a Morales, fue hoy el escenario de una ola de violencia y de una batalla campal entre radicales autonomistas y fuerzas de seguridad que custodiaban las instituciones del Estado.
Los grupos destruyeron oficinas de impuestos, de reforma agraria, del canal estatal, de la empresa nacional de telecomunicaciones y de la ONG Centro de Estudios Jurídicos e Investigaciones Sociales (CEJIS) afín al Gobierno.
Tras reunirse con el presidente Morales, San Miguel aseguró de forma tajante que «el Gobierno no ha de dictar ningún estado de sitio» porque, según dijo, los 1,5 millones de habitantes de Santa Cruz no pueden ser perjudicados por «500 malandrines».
San Miguel también anunció que definirán «medidas de emergencia», que no precisó, para normalizar las actividades en Santa Cruz, donde todavía hay movilizaciones en marcha en varios lugares de la ciudad.
De su parte, su colega Rada acusó al prefecto (gobernador) de Santa Cruz, Rubén Costas, y al presidente del Comité Cívico de la misma región, Branco Marinkovic, de dirigir a los «grupos fascistas, violentos y racistas» que protagonizaron los desórdenes.
«Hoy martes 9 de septiembre el fascismo incrustado en algunos comités cívicos y en algunas prefecturas de la oposición ha comenzado un golpe de Estado cívico prefectural contra la unidad del país», dijo Rada.
Llamó la atención sobre el hecho de que esta ola de violencia haya comenzado tras el retorno al país desde EE.UU. de Marinkovic, aunque no precisó la relación entre ese viaje y las protestas.
Como una reacción a las manifestaciones y ataques de los opositores a las entidades estatales, el líder campesino Fidel Surco, afín a Morales, anunció que a partir de mañana su sector bloqueará las carreteras de accesos a la capital cruceña.
Varios puntos del norte, del oriente y del sur de país están bloqueados desde hace dos semanas por grupos de la oposición que reclaman a Morales restituir a sus regiones los recursos económicos que les redujo durante este año.
