Cuando el nacionalismo saca la lengua

Cuando el nacionalismo saca la lengua

(PD / Época).- No lo hacen en señal de burla sino de imposición. L a política lingüística es uno de sus instrumentos favoritos para hacer valer su proyecto excluyente y totalitario.

Según informa Gonzalo Altozano en Época, la política lingüística en País Vasco y Cataluña está al servicio de la «construcción nacional«. En eso están de acuerdo Ernesto Ladrón de Guevara y Francisco Caja. El primero, ex procurador en las Juntas Generales de Álava, ha desarrollado esta hipótesis hasta convertirla en tesis en su libro Educación y nacionalismo. Por su parte, Caja, presidente de Convivencia Cívica
Catalana, cuando habla de normalización lingüística habla de «la nueve milímetros parabellum del nacionalismo catalán«.

El virus del nacionalismo

Pero ni Cataluña y País Vasco son los únicos territorios inoculados por el virus del nacionalismo, ni Ladrón de Guevara y Caja los únicos españoles que lo denuncian. Ahí está la Galicia del bipartito y todo un movimiento cívico de corte liberal contra la imposición lingüística: Asociación Gallega para la Libertad de Idioma (AGLI), Vigueses por la libertad, Coruña Liberal, Tan Gallego como el Gallego…

Otro punto en el que están de acuerdo Caja, Ladrón de Guevara y los gallegos liberales consultados por Época: que la «nacionalización de la lengua» es un timo como los de Victor Lustig, el checo que logró vender en 1925 la Torre Eiffel a un próspero chatarrero de París.

Ladrón de Guevara habla de un gasto público anual de 120 millones de euros, aproximadamente; gasto que no va acompañado de un avance en el uso social del euskera.

«Ha aumentado de forma relativa el conocimiento del euskera -obviamente en el tramo de 0 a 35 años-, pero no el uso, ya que apenas se nota en la calle el cambio de hábitos lingüísticos, como lo reconoce -con rictus preocupado- insistentemente la Secretaría de Política Lingüística del Gobierno Vasco».

Para Ladrón de Guevara la estafa no está en la ley, sino en su cumplimiento; mejor aún, en su incumplimiento. «No cuestiono la legislación en materia de desarrollo del euskera, simplemente me conformo con su cumplimiento«. La Ley de Normalización del Uso del Euskera establece tres modelos de aplicación, según las realidades sociales y
culturales de cada zona: el A (en castellano), el D (en euskera) y el B (mixto).

«En la práctica se está haciendo una generalización del modelo D, en un intento obvio de homogeneización cultural».

En el recreo, catalán

Y lo mismo en Cataluña. Hace poco, el Govern aprobó un decreto sobre enseñanzas mínimas en la educación primaria, que incluye un artículo
que considera el recreo una actividad docente para obligar a los niños a hablar en catalán.

Sigue en Época.

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