(PD).- Quien abrió la caja de Pandora fue Miguel Sebastián. Pocas horas después de que el candidato socialista a la alcaldía de Madrid enarbolara en TVE la foto de Montserrat Corulla, para perjudicar a Alberto Ruiz-Gallardón, le empezaron a sacudir en la Red.
El primero fue El Semanal Digital, que sin decir apenas nada, lo insinuaba todo y usando la misma treta que Sebastián. No se hablaba de asuntos personales, pero se publicaba la foto de Maurici Lucena y se ponía en cuestión su cualificación para ser director general, siendo tan joven.
Después hubo muchas cosas circulando por Internet, incluso correos masivos y bastantes de ellos de notable mal gusto. En la prensa de papel, la que va de seria, también se ha cruzado estos días la fina raya que separa lo rosa de lo amarillo. O lo amarillo de lo rosa.
SEBASTIÁN COMENZÓ LA ‘GUERRA SUCIA’
No obstante, no hay que olvidar que fue Sebastián quien empezó a sacar la vida privada de Gallardón. Su gesto al sacar la vida privada del alcalde en mitad del debate de TVE comenzó una ‘guerra sucia’ en la que al final se va a ver más perjudicado el eterno candidato.
Sebastián reconocería después que fue un error sacar la fotografía, pero no después de conocerse la relación de Sebastián con uno de los socios de Monserrat Corulla, sino por la que se venía encima al dudar de la idoneidad de su amigo Maurici Lucena.
LA POLÉMICA JUVENTUD DE LUCENA
La revista Epoca, que en su último número lleva un reportaje titulado «Un chico como él en un sitio como éste», se pregunta cómo una persona tan joven y con un currículum que, aunque amplio para su edad, resulta exiguo para el puesto pude llegar a la dirección del CDTI.
Este joven economista, con un máster en Economía y Finanzas del Centro de Estudios Monetarios y Financieros (Cemfi), se ha hecho cargo del CDTI, uno de los organismos públicos más desconocidos e importantes dependientes del Ministerio de Industria. De hecho, su nombramiento por parte del ex ministro José Montilla resultó sorprendente para los trabajadores de la institución, sobre todo teniendo en cuenta que el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial gestiona la mayor parte del presupuesto asignado a la Secretaría General de Industria.
Su antecesor en el cargo, Vicente Gómez trabajó en 1975 para la empresa especial Sener y en 1977 entró en Construcciones Aeronáuticas. En 1986, ya en el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dirige el programa de la Agencia Espacial Europea para ser, más tarde, subdirector de programas internacionales de dicho centro. Desde 1996 a 2004 Gómez fue presidente del CDTI.
Foto cedida por El Economista
Contrasta con el historial de Lucena, que sustituyó a Gómez desde 2004 con la escasa experiencia de haber trabajado en la consultoría Solchaga, Recio y Asociados, y ejercer como profesor asociado de la Universidad Carlos III.
El hecho de que el director del CDTI no esté doctorado hace pensar que la vía para acceder a este puesto ha sido a través de la Comisión de Profesorado que habría acordado dotar una plaza de profesor para Lucena en función de su currículum vitae. Además, el actual director del CDTI ha acompañado a Sebastián en el equipo que éste formó para diseñar el programa de política económica del PSOE de cara a las elecciones de 2004.
FELIPE GONZÁLEZ ‘DESTAPÓ’ A SEBASTIÁN
Cuenta Isabel Durán, que recién tomada la decisión de Zapatero de proponer como candidato al Ayuntamiento de Madrid al jefe de su Oficina Económica, Felipe González acudió a una fiesta privada ofrecida por María Cecilia Marulanda, la viuda de quien durante muchos años había sido su confidente, patrocinador y amigo del alma, Enrique Sarasola Lerchundi.
Allí, entre amigos y señoras visas oro, como FG denomina a las que les hace por encargo millonarios pedruscos con los que engalanarse, el ex inquilino de La Moncloa fue preguntado sobre el personaje desconocido para el gran público que por fin había dicho el sí quiero a ZP. Miguel Sebastián Gascón había accedido a enfrentarse en las urnas al imbatible Alberto Ruiz-Gallardón, opción del centro-derecha pero también de las huestes polanquiles tras las calabazas de José Bono, Amparo Moraleda y Javier Solana.
González respondió al interesado auditorio de manera escueta: Es un hombre gris que trabaja para Zapatero haciéndole informes económicos y que acaba de salir del armario. Asunto liquidado.
