(PD).- Nos quieren hacer creer ahora que Aznar era un macarra. Y no por sus últimas declaraciones sobre el vino y la velocidad o por esa melena que se ha dejado; resulta que ya en una biografía sobre el ex presidente se contaba que era un ‘Fitipaldi’ que se dedicaba a destrozar los coches de sus compañeros de partido. Vivir para ver.
Isabel Durán y José Díaz Herrera publicaron poco antes de las elcciones del 2000 una biografía no autorizada sobre el entonces presidente a quien estos periodistas conocían de cerca y tenían buena relación. Ahora desde sectores socialistas quieren cargar contra el ex presidente aprovechando el libro de marras.
Al parecer, ya de joven gustaba Aznar de la velocidad. Según cuentan estos periodistas en su libro, sus compañeros de partido renegaban de dejarle el coche ya que se empeñaba en conducirlo él y «lo destrozaba».
En esa época, no había viaje en que no le parara la Guardia Civil por exceso de velocidad. Aznar, en la mayoría de las ocasiones, no se molestaba en discutir con el responsable de la patrulla de tráfico. Por el contrario, muy digno, les decía: ‘Cumpla usted con su deber, agente’. Luego el partido pagaba las sanciones.
Se cuenta en el libro que una vez, el jefe provincial de Tráfico en Ávila, Lorenzo Martín Ortega, llamó al director del concesionarios Volkswagen, Rufino Yuste, en relación a un problema con el coche que resultó ser causa de Aznar.
-Rufino, ven a verme y tráeme el carnet de conducir.
-¿El carnet? ¿Para que quieres tú mi carnet?
-Porque te lo voy a quitar hoy mismo y vas a estar tres meses sin conducir.
-Y eso, ¿por qué?, ¿qué he hecho de malo?
-¿Que qué has hecho? ¿Te has vuelto loco o qué? Tengo más de 30 multas de Burgos, León, Palencia y Valladolid. ¿Qué haces tú circulando en sentido contrario, saltándote los semáforos, aparcando en prohibido y en doble fila y sobrepasando todos los límites de velocidad?
-¿Las multas no serán de un Passat gris metalizado?
-Sí, un Volkswagen Passat, efectivamente.
-Entonces envíalas a Alianza Popular. Porque el coche está todavía a mi nombre, pero se lo vendí a José María Aznar para la campaña autonómica y no lo llegué a conducir.
