(PD/Tiempo).- Un miembro del Gobierno telefoneó a finales del pasado mes de marzo al consejero de Sanidad del Ejecutivo vasco, Gabriel Inclán, para pedirle que se demorara el alta médica del etarra Ignacio de Juana Chaos.
Según revela Carlos Fonseca en la revista Tiempo, el etarra estaba en ese momento a punto de cumplir un mes ingresado en el Hospital Donostia, de la red pública vasca, para recuperarse de una prolongada huelga de hambre. De Juana había sido trasladado al centro sanitario el 1 de marzo, al concederle el Gobierno la prisión atenuada para evitar su muerte en prisión tras 115 días sin comer.
Entonces pesaba 57 kilos, 31 menos que cuando comenzó su ayuno voluntario, y los médicos que le atendían en el Hospital Primero de Octubre de Madrid habían advertido del riesgo de muerte o de que sufriera daños irreversibles.
Consecuencia o no de la llamada, el hecho es que De Juana acaba de cumplir dos meses de internamiento, pesa 69 kilos y no sufre ninguna patología grave, según fuentes de Instituciones Penitenciarias. Éstas aseguran que su único problema de salud en este momento es recuperar masa muscular.
Las fuentes consultadas por el semanario justifican la llamada en la necesidad de ganar tiempo tras las duras críticas que recibió el Gobierno al tomar una medida que, dicen, «no fue entendida por los ciudadanos pese a ser rigurosamente legal».
