Zapatero propone salvar la palabra andancio, mientras que Rajoy, avatares

(EFE).- Andancio, avatares, urdimbre, bisoñé, remiendo o coloniales son algunas de las palabras que han propuesto políticos como Zapatero, Rajoy, Marín, Blanco o Llamazares para salvarlas del peligro de extinción, dentro de la iniciativa Apadrina una palabra, organizada por la Escuela de Escritores y el Ateneu Barcelones.

El objetivo de la iniciativa es llamar la atención sobre el empobrecimiento del idioma.
Con el fin de llamar la atención sobre el empobrecimiento del idioma, ambas instituciones han propuesto a internautas, escritores, políticos, periodistas y a todo el mundo relacionado con la cultura que salven una palabra que les parezca en desuso, tanto en castellano como en catalán, a través de las páginas web en castellano y en catalán, donde pueden hacer sus sugerencias hasta el sábado 21 de abril.

Dos días más tarde, el 23 de abril, Día Internacional del Libro, se dará a conocer el resultado de esta iniciativa, cuyos organizadores, en los diez días que lleva en marcha, ya han recogido más de cuatro mil términos, procedentes de 42 países, según la Escuela de Escritores.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha elegido la palabra andancio, un término que se emplea en su tierra natal, León, y que designa una «enfermedad epidémica leve». Andancio, según explica Zapatero «fue recogida en el Diccionario de la RAE en 1952». Su significado no ha variado, pero entonces, señala Zapatero «se especificaba que este uso se ceñía a León, Cuba y Salamanca».

El presidente del Gobierno ha decidido apadrinar esta palabra en desuso porque «es una palabra leonesa», y recuerda que aparece en novelas como «Volvoreta», de Wenceslao Fernández Flórez, o «Retratos de ambigú», de Juan Pedro Aparicio.

Termino en desuso

Por su parte, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, ha apadrinado avatares (fase, cambio o vicisitud), porque, en su opinión, «está cayendo en desuso», y le gusta «su sonoridad». Y el presidente del Congreso, Manuel Marín, ha aportado la palabra urdimbre, ya que «fonéticamente es muy hermosa» y porque «da sensación de durabilidad, de resistencia: una urdimbre bien hecha dura mucho», dice.

José Blanco, secretario de Organización del PSOE, ha elegido bisoñé alegando que «es puro pasado», y también porque «es un homenaje a las apariencias, siempre tan presentes», explica. «Además -precisa- es una palabra dueña de una muy española ñ, el símbolo de un idioma cargado de futuro que se asoma desde una palabra encarcelada en el pasado».

El portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, ha escogido anteojo, por «su significado preciso». «Me divierte mucho más que gafas», argumenta. Mientras, el portavoz del PSOE, Diego López Garrido, salva mendrugo, «un insulto de baja intensidad».

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, propone coloniales, sinónimo de ultramarino, porque le hace sentir nostalgia de sus seres queridos. «En teoría, comenzaron viniendo de América para acabar siendo la imprescindible tienda del barrio», aclara.

Josep Antonio Durán i Lleida, portavoz de CiU, se ha sumado a esta iniciativa con dos palabras, una en castellano, remiendo, y otra en catalán, fossar (sinónimo de cementerio).

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