Enrique de Diego (Periodista Digital)-. Estuve un rato viendo un delirante especial emitido por Telemadrid en el que Luis del Pino se explayaba con sus fabulaciones y sus chorradas, que son un insulto a la inteligencia y a la memoria, dignidad y justicia de las víctimas, especialmente a la del héroe Francisco Javier Torronteras.
Cuando el diario El Mundo salta del barco y afirma con solemnidad que “no sostiene ahora ningún teoría de la conspiración ni versión alternativa”, resulta que Manuel Soriano se sitúa como el último conspiranoico.
Aunque los hooligans, ahora tan despreciados que hasta les han prohibido que saquen el peón negro a la calle, suelen exigir que se desmonten las chorradas de Luis del Pino, en realidad (de ser gentes sensatas y decentes) deberían exigirle a él la carga de la prueba de esa conspiración.
Pero no es capaz de ofrecer el más mínimo dato, porque es mentira.
SORIANO Y “LA SENDA DE LA CONSPIRACIÓN”
Contra todo lo que se está viendo y oyendo en el juicio, Manuel Soriano ha desbocado a Telemadrid por la senda de la mentira y la inmoralidad en todo lo referido al 11 M, prestándose al engaño masivo de la mano de Luis del Pino.
Ni tan siquiera se ofrece el mínimo de debate, ni de polémica. Se silencian las voces discrepantes y se juega a la propaganda en vez de a la información. Es cada día más claro por qué se dejó de contar con Germán Yanke.
La postura de Telemadrid es tanto más chocante cuanto que Esperanza Aguirre ha declarado por activa y por pasiva que su partido nunca ha avalado la teoría de la conspiración.
EL HOMBRE SOLITARIO
Eso indica que, como he ha indicado en conversación telefónica, Manuel Soriano va por libre, y que el último conspiranoico aspira a tener su espacio, aunque sea de última hora, en la historia más negra y, al tiempo, más ridícula de la historia del periodismo español.
La tosca y pesada elucubración de Luis del Pino fue interrumpida por el espacio “minuto informativo”. Salió Fernando Sánchez Dragó para dar la noticia de que
Al Qaeda amenaza a españa por la presencia de tropas en Afganistán.
Si la cuestión no fuera tan seria, si el terrorismo islámico no siguiera siendo una de las grandes amenazas del presente y del futuro, resultaría hilarante como la realidad desmiente a Luis del Pino y a Telemadrid.
Esa televisión, que presta servicios como la retransmisión en directo de las manifestaciones o la del juicio del 11 M a través de la otra, se ha convertido en el último reducto conspiranoico: propaganda, mentira y fabulación.
Después del corte mencionado, pase a Telecinco para ver CSI. Desde luego, a Luis del Pino nunca le admitirían como guionista. Lo suyo es realidad virtual de aficionado.
