Carlotti pone los puntos sobre las íes a Carmen Calvo

(PD).- Las circunstancias no lo aconsejaban. Maurizio Carlotti, consejero delegado de Antena 3, se encontró con la ministra Carmen Calvo y áquel, ni corto ni perezoso, le sacó a relucir el tema del cine español. Por narices, o sea por ley, las televisiones están obligadas a invertir en producciones nacionales y esto, según Carlotti, produce unos resultados «negativos a todas luces«. La respuesta de la ministra, inmensa, interplanetaria. Carlotti se mordió la lengua entonces pero le responde ahora negro sobre blanco.

«Pensar que las dificultades del cine español se pueden solventar ocultando el verdadero origen de sus problemas, culpabilizando paradójicamente a quien más ha hecho en estos años por salir de esta situación, olvidando que el cine es industria y esperando poder echar permanentemente la culpa a otros, permita posiblemente ganar votos».

No se muerde la lengua el Consejero Delegado de Antena 3. No respondió aquella noche por cortesía, pero este viernes, en el diario ABC, le pone, y por puntos, la respuesta. Si sigue así ganará votos, le viene a decir, «pero, indiscutiblemente, acabará cargándose el cine español, como la trayectoria de los últimos 8 años así lo ha demostrado

REPRODUCIMOS A CONTINUACIÓN EL TEXTO COMPLETO DE MAURIZIO CARLOTTI EN EL DIARIO ABC

En fechas recientes, durante el transcurso de una cena, tuve la ocasión de compartir mesa con la Ministra de Cultura, Carmen Calvo. Y, aprovechando dicha circunstancia, estimé oportuno pedirle que asumiera los resultados, negativos a todas luces, que arrojaban los 7 años de aplicación de la Ley que impone a las televisiones la obligación de invertir en cine español.

También insté a la Sra. Ministra a que, en lugar del enfrentamiento, hoy más áspero que nunca, persiguiéramos el entendimiento, siempre en favor de la Industria Cinematográfica.
No hallé respuestas en la réplica de la Sra. Ministra, quien decidió, por enésima vez, buscar escudo en argumentaciones, a nuestro juicio inconsistentes, ante la evidente ineficiencia de la política de apoyo al cine español -por cierto, política de la que no sólo es responsable su Gobierno-; y endosar culpas y gastos de este dislate a las empresas televisivas.

Por respeto al foro en el que nos encontrábamos, que no daba lugar al debate, y por las más elementales reglas de cortesía, decidí no realizar mi contrarréplica en aquel momento. Pero no quiero dejar pasar ahora la ocasión y con el fin, no tanto de polemizar, sino de aclarar objetivamente ciertas cuestiones y, por tanto, facilitar el debate que se está desarrollando entorno a la propuesta de Ley presentada por Cultura, quisiera puntualizar lo siguiente:

1. No existe ningún deber que se derive de una Directiva Europea que imponga a las televisiones la obligación de subvencionar el cine. Esta obligación emana de una imposición de ámbito estrictamente español, introducida de forma unilateral y autónoma por el Gobierno presidido por José María Aznar, y ratificada posteriormente por el Ejecutivo que dirige José Luis Rodríguez Zapatero. La Directiva 89/552, así como sus sucesivas modificaciones, lo único que prevén son cuotas de programación de obra audiovisual original europea. Y, en este sentido, cualquier producción se considera obra audiovisual, con la excepción de informativos, retransmisiones deportivas, concursos y espacios publicitarios. En ningún artículo se recoge tutela específica alguna a favor de los largometrajes cinematográficos. Si la Sra. Ministra quiere seguir insistiendo en el argumento de que la Ley aplica una Directiva Europea, por favor, que indique con claridad en qué artículo de la misma basa su afirmación, o de lo contrario deje de introducir confusión en el debate sobre este punto.

2. Otra de las líneas argumentales que esgrime la Sra. Ministra a la hora de defender su anteproyecto de ley consiste en asegurar que en todos los países europeos las televisiones están igualmente obligadas a financiar a los productores cinematográficos. Quisiera subrayar, no obstante, que en todos los casos citados por la Sra. Ministra lo que existe es una imposición directa o indirecta, gestionada por la Administración Pública, pero no una obligación a cargo de una empresa privada para subvencionar a otros empresarios privados.

3. Afirma la Sra. Ministra que todo tipo de actividad cultural goza de subvenciones públicas y muestra gran extrañeza de que se cuestione que el cine sea considerado como cultura y, en consecuencia, se financie con fondos públicos; en la medida, además, de tan sólo el 16% del coste total. Quiero dejar claro en este punto, que nadie entre las televisiones discute esto. Todos aceptamos que con el Presupuesto General del Estado y de los Entes Públicos Televisivos estatales o autonómicos, o a través de medidas fiscales, se pueda sostener y potenciar el cine español que sea merecedor de tal protección. Lo que sí se cuestiona es que una actividad productiva de carácter industrial, gestionada por empresarios privados, deba de ser subvencionada, por obligación legal, por otras empresas privadas. Teniendo en cuenta que las cadenas nacionales cubren la mayor parte del coste total del cine español, se puede deducir claramente que este sector se encuentra en una situación de déficit permanente, pese a los 1.500 millones de euros de ayudas publicas y privadas recibidas en los últimos 7 años.

4. Afirma la Sra. Ministra que las televisiones venimos cumpliendo con la obligación de financiar el cine español solo a partir de los últimos años, coincidiendo con el cambio de Gobierno. No es cierto, en realidad el propio Ministerio de Industria, encargado de la vigilancia relativa, en su último informe del 21 de diciembre de 2006, en la página 10, certifica el cumplimiento integral, desde el año 1999, de sus obligaciones por parte de las compañías de televisión.

5. A la Sra. Ministra le parece obvio que las televisiones tengan que subvencionar el cine, debido a que, según su opinión, posee una enorme importancia en las parrillas de programación. Es evidente que no ha sido informada de que en seis años el conjunto de películas emitidas por todas las cadenas se ha visto reducido de 3.900 a 1.900, según datos oficiales de Sofres. Tampoco ha debido ser informada de que, a pesar de representar el 19% del total, las películas españolas presentes en el ranking de las 500 emisiones de cine más vistas se reducen a 40, (un 8%), de las cuales 33 se emitieron en «Cine de barrio», siendo películas de más de 30 años de antigüedad, con una audiencia media global del 12,9%. En contraposición, la cuota de películas españolas situadas en el ranking de las 500 menos vistas representa el 37%.

6. Según la Sra. Ministra, 2006 ha sido un buen año para el cine español, tras conseguir que cinco películas hayan superado el millón de espectadores. Lo que no se dice, sin embargo, es que cuatro de estas películas han sido producidas por productoras vinculadas a las cadenas de televisión; que más del 74% de las 120 películas españolas estrenadas no ha logrado alcanzar los 100.000 espectadores; y que el cine español, a pesar de «Alatriste», «Volver», «El laberinto del fauno», «Los Borgia» y «Salvador», ha perdido en 2006 casi el 10% de sus espectadores.

Pensar, por tanto, que las dificultades del cine español se pueden solventar ocultando el verdadero origen de sus problemas, culpabilizando paradójicamente a quien más ha hecho en estos años por salir de esta situación, olvidando que el cine es industria y esperando poder echar permanentemente la culpa a otros, permita posiblemente ganar votos. Pero, indiscutiblemente, acabará cargándose el cine español, como la trayectoria de los últimos 8 años así lo ha demostrado.

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